- La crisis provocada por la pandemia del covid-19 saca a la luz algunos problemas que estaban en un segundo plano y que ahora se ve que son vitales para superar procesos de exclusión. La brecha digital, la falta de una red social y familiar, el desplome de lo que se llama la integración precaria de aquellas familias que con problemas han conseguido integrarse y que ahora se vuelven a asomar al precipicio de la pobreza, los nuevos parados y hasta las personas sin techo que durante un periodo temporal han salido de las calles y que volverán cuando los recursos habilitados ahora retomen su actividad... Cáritas estudia todas estas circunstancias que el coronavirus ha destapado para analizar y dar respuesta cuando el confinamiento termine y dé paso a una progresiva vuelta a la normalidad.

Ana Sofi Telletxea, responsable del departamento de Análisis y Desarrollo de Cáritas, señala que "es importante ver cómo está impactando esta crisis en las personas que ya venían tocadas de situaciones anteriores. Y ver si se nos abren nuevos campos de acción cuando acabe el confinamiento. Hay ya aliados en empresas y personas que quieren colaborar y con el apoyo de los equipos técnicos estamos viendo los programas a realizar". Para ello, desde Cáritas están en contacto con otras entidades y también con algún con equipo de la Universidad del País Vasco, "para ver qué podemos hacer a nivel sociológico".

Telletxea pone de manifiesto que "a diferencia de la crisis anterior que tuvo que ver más con las decisiones económicas que tomamos los humanos, esta, al ser una crisis generada por un agente que no podemos controlar, sí que hemos visto que ha dejado aflorar elementos que siempre han estado ahí, pero que no se visibilizaban". En este sentido, pone en valor "la importancia de las relaciones sociales y de tener vínculos que te protejan, porque el aislamiento obligatorio y físico nos ha llevado a dar importancia a lo relacional como una manera de tener calidad de vida". Junto a esto, el covid-19 ha evidenciado la capacidad relacional que permiten las nuevas tecnologías. "Hemos descubierto que el apoyo emocional, el sentirse conectado con otros, está siendo muy importante para las familias". Pero, la ausencia de esas herramientas ha destapado la brecha digital. "En un momento en el que los niños están en casa surgen otros problemas porque el sistema educativo, que es un muy protector, ofrece mucho apoyo a los niños y niñas de las familias más vulnerables, al conocimiento, a los comedores o incluso al acceso a herramientas que se facilitan en los colegios. Ahora todo eso depende de lo que pueden ofrecer las familias y no todas pueden hacerlo porque no tienen las mismas herramientas. Supone un esfuerzo muy importante y una gran carga emocional", sostiene Telletxea.

No solo no todas las familias tienen conexión wifi o portátil, sino que incluso tampoco todas las familias tienen habilidades para apoyar a sus niños. "Esto nos abre una línea de trabajo cuando acabe el confinamiento cuando tendremos que ver cómo revertir esa brecha digital".

Otro problemas es el suscitado con las personas sin hogar. No pueden estar en la calle, pero tampoco muy juntas. Eso también ha obligado a habilitar nuevos espacios, reorganizar la alimentación que antes se ofrecía en comedores, talleres€. Para Cáritas, "la gran preocupación es la incorporación de una población que ya tenía sus capacidades muy tocadas".

Telletxea asegura que "las familias que cuidan de mayores, pero también de menores, necesitan apoyo". Cómo afrontar el envejecimientoes un tema que está encima de la mesa y también el valor de lo comunitario. "Nos necesitamos como comunidad para no sentirnos solos, por eso cuando antes Cáritas decía que la inclusión social no solo es acceder a una vivienda, no sabíamos cómo trasladar el mensaje", acaba Telletxea.

Recabar información. Cáritas está en contacto con otras entidades y también con un equipo de la Universidad del País Vasco "para ver qué podemos hacer a nivel sociológico"

La responsable de Análisis y Desarrollo de Cáritas dice que "el aislamiento obligatorio y físico nos ha llevado a dar importancia a lo relacional como una manera de tener calidad de vida".