IVIMOS enjaulados y nuestros hábitos diarios se han visto totalmente alterados. Si bien nuestra actividad física se ha visto reducida, puede que nuestra alimentación no haya seguido sus pases. ¿Volveremos a la calle con unos kilos de más? José Miguel Mulet es un investigador y divulgador experto en bioquímica y nutrición que tiene bien claro cómo hay que cuidar la dieta durante el confinamiento.

"Es peligroso descuidar los hábitos alimentarios en cualquier momento, con confinamiento o sin confinamiento, porque si ingieres más energía y estás haciendo una vida sedentaria, todo se acumula en el michelín", explica el alicantino. "Esto se traduce siempre en obesidad y la obesidad es un factor de riesgo para enfermedades. Así que es peligroso descuidar la alimentación". ¿Cómo debe ser la dieta, entonces, mientras estamos encerrados en nuestras casas? "Durante este encierro, en general, la dieta debe ser normal", aclara Mulet, "el problema que tenemos es que durante el confinamiento estamos haciendo mucha vida sedentaria. El primer consejo es intentar hacer una dieta normal, siempre que la dieta que hicieras antes del encierro fuese buena. Si no era buena, es otro problema".

El gran enemigo es el sedentarismo. "Se ha demostrado que es más peligroso que no tener el peso que te toca", confirma José Miguel Mulet. Por lo tanto, la primera preocupación será luchar contra el sedentarismo. ¿Cómo? "Intentando hacer ejercicios sencillos que se pueden hacer en casa o subiendo y bajando escaleras", responde el experto en nutrición. "Si vives en un piso de varias plantas, simplemente, subes y bajas escaleras. Hay que aprovechar todo lo que puedas moverte dentro del confinamiento", aconseja el experto.

Ante una menor actividad física es importante mantenerse alejados de los productos que más engordan. "Después de los geles, guantes y papel higiénico, el producto que más demanda está teniendo son las bebidas alcohólicas", lamenta Mulet. "El problema es que mucha gente está pensando que, ya que estoy encerrado, me doy un capricho. Y el capricho es beber más alcohol del que suelen beber". Eso es algo no recomendado, al igual que comer alimentos saturados de azúcar: "Hay una imagen en redes sociales de una mujer con el carrito de la compra lleno de natillas. Ya que estoy fastidiada, me doy un capricho. Esos caprichos son, muchas veces, altos en azúcar y altos en calorías". De hecho, Mulet tiene una propuesta para quienes quieran caprichos: "Si quieren hacer algo especial, que se pongan un maratón de Netflix o de cualquier otro distribuidor de televisión, pero que no se pongan a hacer un maratón de comida, porque eso, a la larga, la salud lo va a notar. Y si hacen el maratón de televisión, será mucho mejor si lo hacen encima de una bicicleta estática".

Un sector de población muy vulnerable es el de la tercera edad, a quienes Mulet recomienda comer de todo: "Que no descuiden comidas. Normalmente el problema de los mayores es que no comen mucho, por cansancio o por otros motivos. Ahora no tienen que descuidar la alimentación ni por arriba ni por abajo". Por otro lado están los niños, a quienes el encierro también les pasa factura: "Normalmente gastan mucha energía. Hay que incidir en que no abusen de bebidas refrescantes, que son muy ricas en azúcar; que coman mucha fruta y verdura, una carencia que tenemos en el día a día, y que no se atiborren a calorías, porque si ahora están teniendo menos actividad física, no necesitan tantas calorías como cuando van al colegio y no paran. Los datos de obesidad infantil empiezan a ser preocupantes y no hay que descuidarse".

El encierro provoca en las personas un estado anímico negativo. Mulet confiesa que no existe ningún alimento que sirva para levantar el ánimo. "Hay gente que toma una copita de vino y se le levanta el ánimo", apunta, "pero no es que la copita de vino tenga algo especial. Es más por el tema psicológico de que tú lo consideres una recompensa. Normalmente los alimentos que consideramos como una recompensa, son casi siempre los menos aconsejables". Así que recomienda reconfortarse con otro tipo de estímulos. "Hay que buscar otro tipo de recompensas que no perjudiquen la salud", bromea el alicantino, "por ejemplo, leerse Guerra y paz. ¡Así ya puedo decir que ya he conseguido leer Guerra y paz! Eso si te lo propones como un reto, al conseguirlo es una recompensa".

En lo que sí hay un debate es sobre el número de comidas que son recomendables al día: "Da igual que hagas una comida grande o cinco pequeñas. Antes se decía que era mejor hacer cinco comidas pequeñas, pero ahora no está tan claro. Lo que pasa es que la gente está aburrida y confunde estar aburrida con tener hambre. La gente cada vez que va a la cocina pica algo. Eso es lo que habría que evitar", concluye Mulet.

Ejercicio

Durante el confinamiento se reduce mucho la actividad física y es importante hacer ejercicios sencillos para contrarrestar el sedentarismo y prevenir la obesidad.

Comidas

Hasta ahora se decía que era mejor hacer cinco comidas pequeñas al día, pero ahora eso está en debate. La clave es no picar entre horas y no coger algo de comer cada vez que se pasa por la cocina.

Mayores

El problema de las personas mayores suele ser que comen muy poco, bien por cansancio u otros motivos. Es importante que no se salten ninguna comida y que coman un poco de todo.

Niños

Los niños suelen quemar mucha energía. Es importante que no abusen de refrescos y comidas azucaradas, porque fuera de su rutina pueden no quemar tanta energía.

"La gente confunde estar aburrida con tener hambre y cada vez que va a la cocina pica algo; eso hay que evitarlo"

"Hay que evitar que los niños se atiborren de refrescos porque no van a quemar tanta energía"

Experto en nutrición