- El president de la Generalitat, Ximo Puig, anunció a última hora de ayer que las Fallas de Valencia, que iban a tener lugar entre los próximos días 15 y 19, quedan aplazadas a causa de la epidemia del coronavirus.

Asimismo, el Gobierno autonómico decidió también aplazar las fiestas fundacionales de la ciudad de Castellón, la Magdalena, que iban a comenzar el domingo, como medida de prevención y en “plena coordinación” con el Ministerio de Sanidad, que les recomendó no celebrar ninguna de ambas fiestas para evitar contagios debido a las aglomeraciones previstas.

El jefe del Consell apeló a la “comprensión de toda la ciudadanía valenciana” y recalcó la “coordinación” mantenida en todo momento con el Gobierno de España. “Los responsables del Ministerio (de Sanidad) han dado una instrucción clara: la conveniencia de no celebrar los actos festivos de las Fallas y la Magdalena en las fechas previstas”, aseveró Puig.

“La responsabilidad es el primer requisito de cualquier gobierno. La Generalitat ha seguido los criterios científicos y técnicos para proteger la salud de la ciudadanía”, apostilló el dirigente valenciano. El impacto económico de las Fallas para la región valenciana se eleva a unos 700 millones de euros, según un estudio de 2008, por lo que se estima que supera con amplitud esta cifra. Ximo Puig reconoció ante la prensa el efecto económico negativo que tiene este aplazamiento. La medida -que se toma a las puertas de la plantà de los monumentos y “por responsabilidad y pensando en el interés general”, según remarcó Puig- es histórica, ya que las Fallas han tenido continuidad a lo largo de toda su historia, desde las primeras plantàs del siglo XVIII, con cuatro únicas excepciones. En concreto, por estar el país inmerso en guerras, la de Cuba de 1896 y la Civil, y una más por motivos económicos, cuando la subida a 60 pesetas del impuesto municipal en 1886 por el montaje en la calle llevó a las comisiones, de forma individual, a no ocupar la vía pública.

“Todas las medidas están encaminadas a no ir al escenario de Italia”. Con esta frase el ministro de Sanidad, Salvador Illa, insistió ayer en que el único criterio que rige las decisiones en torno al coronavirus es el de proteger la salud pública de las personas. Lo hacía después de que se conociera que unos 70.000 alumnos riojanos de todos los niveles educativos no podrán acudir desde hoy hasta el próximo día 25 a sus centros escolares como medida de prevención para contener la expansión del coronavirus, que afecta a 155 personas en La Rioja.

La consejera de Salud del Gobierno riojano, Sara Alba, anunció que hoy se cancelan las clases desde guarderías hasta la universidad. En la comunidad riojana hay unos 65.000 alumnos de enseñanzas no universitarias y otros 5.000 matriculados en la Universidad de La Rioja.

También Instituciones Penitenciarias restringió el acceso a las cárceles de Araba, Madrid y La Rioja y suspendió los vis a vis y todas las visitas que no sean a través de locutorio, y solo permitirá la entrada al personal laboral o funcionario y al extrapenitenciario cuya labor sea imprescindible. No podrán acceder voluntarios de ONG, entidades colaboradoras o profesionales acreditados, entre otros.

Mientras, los casos de contagio siguen aumentando de forma notable. Al cierre de esta edición, el Ministerio de Sanidad contabilizó 37 fallecidos, la última una mujere en La Rioja, con más de 1.630 casos positivos -400 más que el lunes- de los que 135 fueron dados de alta, con Madrid, Euskadi, La Rioja y Catalunya como las comunidades más afectadas.

Enferma tras estar en Euskadi. Una mujer de 57 años, procedente de Euskadi y examinada en el área de Salud de Badajoz, dio positivo por coronavirus y se encuentra en estado leve, en aislamiento domiciliario, por lo que ya son ocho los casos registrados en la comunidad extremeña. El Centro Nacional de Microbiología confirmó el caso y que la mujer había regresado tras estar en una de las zonas de transmisión alta del coronavirus como es Euskadi.