Gasteiz - El Ministerio de Sanidad descarta por el momento elevar el nivel de alerta en zonas "muy concretas" de la Comunidad Autónoma Vasca después de un positivo por coronavirus en Gasteiz cuyo origen está siendo investigado. La entrada en esa nueva fase supondría reducir la movilidad, controlar los eventos multitudinarios, restringir agrupaciones de personas e incluso cerrar centros escolares. En Euskadi el número de enfermos de coronavirus ascendía ayer a diez -ocho en Araba y dos en Gipuzkoa, aunque algunos foros hablaban de una docena- y todos los afectados están en buen estado siguiendo tratamiento en su domicilio, tal y como precisaron fuentes del Servicio Vasco de Salud.

De manera paralela, los equipos de epidemiología hacen seguimiento a los contactos de los infectados y atienden los casos sospechosos que cumplen criterios de riesgo. Entre esos positivos se encuentra una profesional sanitaria de Txagorritxu en la capital alavesa que es uno de la docena de casos del Estado en los que no está identificado el origen del contagio.

A última hora de ayer fue confirmado que un hombre que forma parte del personal sanitario de Txagorritxu y reside en La Rioja es el primer paciente de esa comunidad confirmado con el coronavirus, quien permanece aislado en su domicilio. En estos momentos en el Estado los casos de coronavirus ascienden a 120 y la alerta se mantiene en el nivel 1, denominado de contención, en la que no se recomienda suspender eventos sociales. Sin embargo, Sanidad no descarta un cambio de escenario en zonas "muy concretas" tanto de la geografía vasca como de la Comunidad de Madrid, donde se ha detectado el mayor número de casos, con el principal foco en Torrejón de Ardoz.

El aumento del nivel de alerta supondría activar medidas con un coste económico "importante" que pasaría por reducir la movilidad, controlar los eventos multitudinarios, restringir las agrupaciones de personas -lo que incluiría favorecer medidas en favor del teletrabajo, como consultas vía Skype- e incluso el cierre de centros escolares, según indicó el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. Esta última medida ya ha sido adoptada en otros lugares del planeta donde las condiciones sanitarias aconsejaban reducir las posibilidades de multiplicar los contagios. Este tipo de decisiones solo se tomarán una vez asumido que no se puede controlar la transmisión de este virus y antes de hacerlo habrá que valorarlo "con mucho cuidado" y hacerlo "en el momento justo" y no antes, precisó Simón.

El Servicio Vasco de Salud remitió una circular a sus trabajadores para transmitir una serie de normas preventivas adicionales y la necesidad de extremar las precauciones. La nota indica que los pacientes no podrán abandonar la habitación durante su ingreso hospitalario y las visitas se restringirán a una persona por paciente para evitar la transmisión del coronavirus. El objetivo es prevenir los casos de infección porque se prevé que "la incidencia aumente".

Permisos suspendidos Los profesionales sanitarios deben asimismo "extremar las precauciones" y se subraya que deben lavarse las manos con agua y jabón, así como "usar mascarilla quirúrgica con pacientes que tengan clínica respiratoria que no sea sospechosa de coronavirus". Además se pide a aquellos que tengan fiebre o infección respiratoria aguda que no acudan a su puesto de trabajo en los centros sanitarios. Del mismo modo, Osakidetza suspendió todos los permisos para asistir a cursos y congresos y anuló toda la actividad formativa presencial programada. De hecho, el congreso de Psiquiatría que iba a reunir desde mañana en Gasteiz a más de 600 profesionales de todo el Estado fue aplazado a septiembre como medida preventiva. También fue cancelada la Semana de Humanidades, organizada por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, que iba a ser inaugurada ayer.

Los sindicatos Satse, Comisiones Obreras y UGT anunciaron la suspensión temporal de las movilizaciones convocadas entre los trabajadores de Osakidetza para exigir su derecho a la carrera profesional. Desde el ámbito sindical, ELA calificó de "crítica" la situación que se vive en el Hospital de Txagorritxu, donde hay dos médicas que han dado positivo y se ha puesto a la plantilla vinculada con ellas en cuarentena. Entre los aislados por haber mantenido contacto con una de esas dos facultativas está el exdelegado del Gobierno en el País Vasco Jesús Loza, hematólogo de profesión que se incorporó a su puesto en Txagorritxu tras ser relevado de su cargo institucional el pasado 11 de febrero y que, aunque no presenta síntomas, deberá estar catorce días en cuarentena en su casa como medida de precaución. Además, el ambulatorio de Olarizu fue cerrado y solo atiende casos de urgencia. - DEIA