BILBAO - Ernesto Muyshondt es el segundo político mejor valorado de su país, El Salvador, lo que no es fácil teniendo en cuenta que el que ocupa el puesto número 1 es el presidente Nayib Bukele, el fenómeno de moda de la política internacional por las órdenes que da a sus ministros a través de Twitter. El actual alcalde de San Salvador por el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), visita Euskadi y se ha entrevistado con instituciones y autoridades locales porque ve la CAV como elemento inspirador para el país centroamericano, que triplica el tamaño y la población vasca.

Es la primera vez que viene a Euskadi. ¿Cuál ha sido el reclamo?

-Queríamos examinar casos de éxito y ver qué podemos replicar en San Salvador. Nos interesaba sobre todo tener intercambio con tres ciudades que vemos con mucha admiración por la transformación que han sufrido. Bilbao pasó de ser una ciudad industrial a ser uno de los centros culturales más importantes de Europa, llena de atractivos para el turismo y muy dinámica como centro de emprendimiento y negocio. Hemos visitado Ermua porque es un caso interesante y ha prosperado mucho. Y qué decir de Vitoria, que se ha convertido en una ciudad verde, líder en sostenibilidad y movilidad.

Ayer mismo se presentó en el Ayuntamiento de Bilbao.

-Sí, en nuestra apuesta por la internacionalización queremos establecer líneas de cooperación entre Bilbao y la capital salvadoreña con especial atención a la promoción turística, el reciclaje, la gestión de residuos urbanos, las energías renovables o el campo de las smart cities.

Pero confiese, le ha hecho más ilusión la reunión con directivos del Athletic.

-Muchísima. Me han regalado una camiseta preciosa. Y además hemos suscrito convenios para fomentar el fútbol infantil y el fútbol femenino.

A priori no hay nada más antagónico que Euskadi y El Salvador.

-Aunque estemos en distintas partes del mundo muchos de los retos son similares y creemos que estos intercambios son positivos. Nosotros además podemos servir como facilitadores a cualquier empresa que quiera internacionalizarse y poner un pie en el continente americano.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?

-Pues realmente lo que me han entrado son unas ganas enormes de venir de vacaciones porque Euskadi es bellísima. Pero destacaría la planificación a largo plazo. Todos hemos visto en Estados Unidos ciudades importantísimas como Detroit o Pittsburgh que, cuando falla su industria, se vuelven urbes fantasma. Aquí, sin embargo, han sabido reconvertirse. Es admirable ver cómo han reinventado y transformado sus ciudades para lograr el éxito fuera de lo que originalmente era su rumbo. Se ve claramente en Bilbao.

¿Qué hay que hacer para figurar entre los cuatro alcaldes mejor valorados de América Latina?

-Yo llevo desde 2018 y es todo mi equipo el que está comprometido en poner por delante a la gente frente a cualquier interés particular. Trabajamos en beneficio de los más vulnerables. Nuestra ciudad es ahora más segura y más pujante porque hemos llevado a cabo un extenso programa de actuaciones, recuperando, por ejemplo, espacios públicos. Es dramático comprobar que en un centro poblacional donde hay una cancha en buen estado y bien iluminada, la delincuencia es cuatro veces inferior. Nuestra prioridad es alejar a nuestros jóvenes de la delincuencia.

Parece que usted deberá enfrentarse a un proceso judicial por reunirse con miembros de pandillas y maras salvadoreñas.

-Las pandillas son una realidad en San Salvador y es innegable que hay sectores de la ciudad controlados por las maras. Eso es anterior a que yo fuera alcalde o fuera diputado. A toda la sociedad le toca lidiar con este problema y en algunos casos incluso pagar extorsiones. A mí me tocó jugar ese rol de negociar en nombre de mi partido hace cinco o seis años para que permitieran un proceso electoral limpio. Así que lo que quiero es que se esclarezca todo esto con un proceso para que se sepa toda la verdad y hacer público que todo se hizo dentro del marco de la ley.

Porque tiene intención de presentarse a la reelección.

-Sí. Tres años es muy poco tiempo para dejar un legado y lograr grandes transformaciones en la ciudad. Por eso nos vamos a presentar a la reelección en 2021. Creemos que la ciudadanía va a seguir confiando en nosotros para conseguir más cosas para San Salvador y su gente.

¿Va también a dar el salto a la presidencia de su país como hizo Nayib Bukele, su predecesor en el cargo?

-No solo ha sido el actual presidente el que ha hecho ese recorrido. Varios políticos del país han saltado de la alcaldía a la presidencia. Hoy por hoy estamos enfocados en la alcaldía de San Salvador, pero todo se andará. Me encantará servir a mi país desde cualquier trinchera.

¿Usted también se comunica a golpe de tuit como su presidente?

-El actual presidente es un excelente comunicador y lleva mucho apostando por las redes sociales. Creo que en este mundo de las tecnologías de la información y la comunicación es muy positivo. Hace muy bien el presidente Bukele en utilizar esas herramientas para recoger el sentir de la población también en la toma de decisiones. Y aunque somos adversarios políticos, me alegro de que se hable bien de El Salvador por primera vez en mucho tiempo. Y no solo se hable de los altos índices de delincuencia o de los homicidios.