Bilbao - En su momento, la ley vasca de Igualdad fue pionera en el Estado, incluso obtuvo el reconocimiento de Naciones Unidas. Pero, tras quince años en vigor, había llegado la hora de modificarla para adaptarla a las nuevas realidades y retos derivados de la aplicación del Convenio de Estambul, que concibe esta violencia dentro de un problema sistémico y universal de la desigualdad entre hombres y mujeres. El Gobierno vasco aprobó ayer el borrador de la nueva ley que plantea cambios importantes tanto en el plano filosófico como en el de los recursos destinados a luchar contra la desigualdad pero, sobre todo, a prevenir y combatir los efectos de la violencia sexista.

La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, explicó al término del Consejo de Gobierno que el anteproyecto de la nueva ley prevé el "refuerzo" de los recursos económicos, humanos y técnicos para desarrollar las políticas de igualdad. Entre otras medidas la norma contempla la obligatoriedad de la formación en igualdad del personal público, la generalización de los permisos parentales iguales e intransferibles o el incremento de medidas para combatir la brecha salarial. Además se ampliarán las ayudas a todo tipo de víctimas de violencia contra las mujeres y se crearán ayudas nuevas para las víctimas que no hayan percibido las indemnizaciones previstas en sentencia judicial, así como para hijos e hijas huérfanas a consecuencia de la violencia machista.

La ley concederá mayor proyección a los menores. Así se reconocerá la condición de víctima a las criaturas y adolescentes que padezcan en primera persona la violencia machista, así como la de supervivientes a menores y dependientes que convivan en un entorno en el que se ejerza dicha violencia. Y en este sentido, dijo Landaida, se van a crear ayudas para estos menores. También se amplía el derecho a percibir las ayudas previstas en la ley a cualquier víctima de la violencia machista más allá de la ejercida por la pareja o la expareja, como por ejemplo, las víctimas de trata con fines de explotación sexual.

garantizar ayudas En uno de los apartados de la ley se especifica que las administraciones vascas tendrán que garantizar ayudas a las víctimas que acrediten insuficiencia de recursos y unas especiales dificultades para obtener empleo. Éstas tendrán un trato preferente en los recursos públicos para la orientación sociolaboral y para el acceso a cursos de formación y las administraciones deberán promover su contratación laboral. Landaida señaló que la nueva ley quiere posibilitar "una política y un pacto de país con mayúsculas por la igualdad y contra la violencia machista" y dijo que se trata de un paso más en el compromiso del Gobierno vasco "por la igualdad y por la construcción de una sociedad libre de violencia contra las mujeres". Ejemplo de ese compromiso son los más de 25 millones de euros del Gobierno en servicios de atención y prevención de la violencia contra las mujeres, a los que habría que sumar los 7 millones de euros aportados por las diputaciones.

La norma también apunta al papel de las administraciones para trabajar contra la desigualdad de género. El texto concreta que las normas o actos administrativos que regulen los procesos selectivos de acceso, provisión y promoción en el empleo público, deberán incluir una cláusula por la que, en caso de existir igualdad de capacitación, se dé prioridad a las mujeres en aquellos casos en los que la representación de éstas sea inferior al 40 %, salvo excepciones. Los poderes públicos vascos deberán incorporar la perspectiva de género en las subvenciones públicas e incluir cláusulas de igualdad entre los criterios de valoración.

Por otro lado, las empresas privadas que reciban contratos y subvenciones públicas deberán cumplir con el principio de transparencia e igualdad retributiva entre hombres y mujeres. En caso de que se detecten indicios de discriminaciones se dará un plazo para que lo justifiquen o corrijan y si no lo hacen se adoptarán medidas que podrían suponer la pérdida de la subvención o resolución del contrato y la devolución de las cantidades percibidas.