Agujero negro del pequeño comercio
El número de comerciantes que plantan cara a la “locura” del Black Friday crece en el comercio vasco. Mientras que algunos ven como una oportunidad para “hacer caja”, otros no lo hacen porque es “un lujo” que les deja sin margen de beneficio
ESTOY harta! Todo el mundo que entra en la tienda pregunta si hacemos los descuentos del Black Friday. No, no hay descuentos. Con este fórmula dejamos de ganar y a corto plazo no nos supone beneficio, sino más bien pérdidas. Muerdo el cartel con mala leche”, lanza con rotundidad Izaskun Mendizabal, de la tienda de ropa Moss en la calle Iparragirre de Bilbao. Mientras en un gran número de establecimientos de la villa se ven carteles que anuncian no un día, sino una semana de descuentos, en otros, no pone nada. “No lo hemos puesto fuera para que la gente entre, pero dentro el cartel está tachado”, aclara Mendizabal. Ella no es la única comerciante de la capital vizcaina que se ha rebelado ante la marea negra en forma de descuentos que estos días cubre las tiendas de Euskadi. Son cada vez más los que plantan cara a esta “locura” de “consumo desproporcionado” que arrastra a comerciantes y consumidores. “Estamos metidos en un círculo vicioso. Si no hacemos ofertas la gente deja de entrar, pero debemos trabajar por ofrecer otro tipo de alternativas que no sean los descuentos día sí y día también”, aseguran los detractores de esta práctica.
Para Begoña Echevarría, de Galería 8360, el cliente es siempre lo primero y por eso, según su filosofía, los precios que ofrece son siempre ajustados. “No estoy dispuesta a engañar a nadie. Mis clientes tienen la tranquilidad de que nuestros productos tienen el mismo precio hasta que llega el periodo de rebajas”. Echevarría lo tiene claro: “Prefiero no vender, antes que tirar los precios por debajo de los costes. A mí no me gustaría que me engañasen en los precios. Ahora, con tantos descuentos, no se valora el producto. Se ha desvirtuado totalmente la calidad y solo se busca la oferta. Me da mucha pena que hayamos caído en esta trampa que al final solo beneficia a las grandes cadenas o a firmas low cost”, afirma Echevarría, al tiempo que rompe el cartel que anuncia el Black Friday. “No he pensado jamás en sumarme a ello y no lo voy hacer”, lanza con firmeza la comerciante.
José Cayón, responsable de Al Dente, establecimiento hostelero especialista en comida y productos italianos, clava el cuchillo con fuerza en el cartel. “Nuestros clientes saben que aquí no se hacen descuentos de esos. Saben que lo que tenemos son productos de calidad y que no se juega a la rebaja”, afirma. En este sentido, Cayón considera que a la larga esta práctica no lleva más que a provocar “la muerte” para el pequeño comercio especializado. “No se puede vivir eternamente con descuentos. Eso lo pueden hacer las grandes cadenas, porque esas sí tienen margen de beneficio. Sin embargo, los pequeños tenemos unos costes altos en el producto que vendemos y nuestro margen de beneficio es mucho más pequeño”, desvela.
La jornada de rebajas importada de Estados Unidos entró con fuerza en el comercio vasco y desde hace días las grandes superficies y el pequeño comercio anuncian descuentos, que en muchos casos se extenderán hasta mañana. Lo cierto es que en este libre mercado cada cual decide qué es lo que más le conviene. Mientras que cada vez hay más comerciantes que se bajan del carro de los descuentos permanentes, hay otros que ven una oportunidad para “hacer caja”. “Hay que adaptarse a las circunstancias. El consumidor lo pide y debemos adaptarnos. Si no haces descuentos los clientes dejan de entrar y eso no nos lo podemos permitir a estas alturas del año”, asegura Ana, dependienta de una zapatería ubicada en el Casco Viejo.
“Malos comerciantes” Desde BilbaoDendak -la plataforma de comerciantes más grande de Euskadi- su presidente, Rafael Gardeazabal, no se postula ni a favor ni en contra del Black Friday. “Es una decisión empresarial que cada uno toma en total libertad. Bastante difícil es mantenerse en este mercado competitivo para que nos tengamos que meter en cómo gestiona cada uno sus cuentas y sus negocios. Lo único que pedimos es que se respete la ley”, afirma. Como comerciante, a nivel particular, Gardeazabal considera que el Black Friday es “una acción comercial que ha sido prostituida” y augura un “corto final” a este tipo de descuentos. “Los malos comerciantes se han apuntado al Black Friday y lo han estropeado totalmente. Se ha convertido en un Black November, en ofertas abusivas, brutales, desproporcionadas, agresivas y eso no es bueno para el comercio porque finalmente dejamos de ganar ya que los márgenes de beneficio son mínimos”, explicó el responsable de Derby Gardeazabal.
Lo que está claro es que ni Mendizabal, ni Cayón ni Echevarría están por la labor de perder dinero para vender más cantidad. Al final, según coinciden los tres comerciantes es una “venta sin éxito”, ya que en sus casos lo que hacen es bajar los precios para dejar de ganar. “Vendes más, sí, pero pierdes dinero. ¿Merece la pena?”, plantean. Se trata de una práctica que, tal y como opinan, termina arrastrando al comercio pequeño a un “agujero negro” sin salida. “No nos damos cuenta que con estas compras adelantadas con descuentos las ventas se paralizan al menos dos o tres semanas antes”, apuntan.
A Mendizabal le preocupa el descenso experimentado por las ventas en los últimos años, provocado, en algunos casos, por “decisiones erróneas” tomadas para lidiar la situación de crisis que azotó al sector comercial. “Es muy duro mantener un negocio así. La gente piensa que tenemos unos márgenes enormes, pero no es cierto. Ahora deberíamos estar vendiendo mucho. Octubre ha sido malo; noviembre, igual, y diciembre ya no es lo que era. Así nos plantamos en las rebajas, que la gente las adelanta. Tenemos que ir a comprar el nuevo género de la temporada de invierno e imagínate con qué ganas vamos”, se sincera la trabajadora de Moss.
El Viernes Negro ha llegado para quedarse, a pesar de que hay quien todavía confía que esta práctica de descuentos termine poco a poco pasando, como las modas. “El 22% de los comercios que ofrecen descuentos en el Black Friday inflan los precios. El consumidor no es tonto. Es la época del año en la que mayor número de quejas se registran”, hace hincapié Cayón. Por eso, el responsable del negocio de comida italiana considera primordial que los comerciantes aúnen fuerzas para frenar este tipo de campañas engañosas. “No se trata de prohibir, cada uno hace lo que considera más conveniente, pero el low cost permanente genera deflación”.
Sin embargo, en opinión del hostelero se debería trabajar por la concienciación, no solo del comerciante sino también del propio consumidor. “La mayor parte de las ventas se dan en multinacionales, que pagan un 1% de impuestos. Luego nos quejaremos de que no tenemos sanidad, educación, carreteras, jubilación... Lo que nos ahorramos ahora, lo vamos a pagar en el futuro”, concluye Cayón.
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