bilbao - La Ley de la Actividad Física y del Deporte del País Vasco obligará a ampliar la carga lectiva de Educación Física a tres horas en todos los cursos de Primaria y Secundaria. Ahora hay entre 1,5 y 2 horas semanales, lejos del 14% del horario en Francia o el 20% en Finlandia. Además, se deberá garantizar “una carga horaria suficiente” en otras etapas, como en 2º de Bachillerato, donde es una materia optativa. La norma, que se halla en fase de alegaciones, insta a los centros a promover la actividad física “diaria” desde los 0 a los 16 años para favorecer una “vida activa, saludable y autónoma”. Se pondrá coto al uso de teléfonos móviles u otros dispositivos electrónicos durante el horario escolar en el exterior de las aulas, salvo que dicho uso sea preciso por razones académicas. El texto promueve el desplazamiento del alumnado a pie o en bicicleta al centro educativo, por lo que se deberán habilitar aparcabicis y los ayuntamientos garantizar condiciones de seguridad e iluminación en los accesos. Por otro lado, el borrador recoge que todos los equipamientos deportivos situados en centros escolares y universidades tengan carácter polideportivo y cuenten con personal que garantice su uso “tanto dentro del horario lectivo como fuera”.

El Gobierno vasco se ha tomado en serio la lucha contra la obesidad infantil y el sedentarismo a través del fomento de la actividad física y los hábitos saludables. Según la Encuesta Nacional de Salud, el 34% de los niños de 2 a 17 años y el 30,7% de las niñas tienen problemas de obesidad o sobrepreso en Euskadi. La media en el Estado español es del 40%. En términos cuantitativos, la población vasca realiza una actividad física similar a países con niveles más óptimos. La foto, por tanto, no es mala pero desde luego no es envidiable. El ejercicio es recomendable para cualquiera, pero en edades infantojuveniles es fundamental porque es una etapa de desarrollo. Está contrastado que la actividad física beneficia al menor a nivel físico, cognitivo y socioafectivo.

Una hora de deporte al día La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga la inactividad física como el cuarto factor de riesgo de mortalidad tras el tabaquismo, la hipertensión o el exceso de glucosa, lo cual acarrea importantes consecuencias sociales y gastos sanitarios. El debate ya no es potro sí, potro no; o el típico me da el flato y tengo asma como armas de escaqueo en la hora de gimnasia. Hacer ejercicio se ha convertido en un tema de interés general para combatir la epidemia de la obesidad. Ya no se trata de la gimnasia de antaño, esa asignatura maría percibida como relleno en el currículum; la Educación Física es una cuestión de salud. Además, “está comprobado que mejora los resultados académicos”, afirma Gorka Iturriaga, profesor de Actividad Física del Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

La profesora de Nutrición para la Salud de la UPV/EHU, Sara Maldonado, explica que el ejercicio diario se asocia a mejoras a nivel físico y en el desarrollo neurológico de los menores. “Los beneficios no tienen que ver solo con el incremento de la masa muscular, el descenso de la masa grasa y que baje el sobrepeso y la diabetes, sino que además mejora la calcificación de los huesos”. Pero lo más importante es lo que pasa a nivel neuronal. “Cuando hacemos actividad física hay un incremento del transporte de oxígeno al cerebro, lo cual hace que los niños mejoren la memoria a corto plazo, la creatividad, aumenten el nivel de atención y mejoren las capacidades de aprendizaje”.

Movilidad en otras asignaturas Iturriaga considera que la futura ley es tan “excepcional” como “difícil”, porque “se lleva muchos años intentado incrementar la carga lectiva de Educación Física y, pese a que tanto la sociedad, el ámbito académico y las familias le dan mucha importancia, se priorizan otras materias como Matemáticas o idiomas”. Este profesor considera que la norma es quizá “muy ambiciosa” para la realidad de la escuela vasca pero “siempre es mejor que la ley vaya a máximos, y en la negociación se quede en un intermedio, que no que vaya a mínimos y se quede en nada”. Tanto Iturriaga, como su compañera de departamento en el Grado de Actividad Física y el Deporte de la UPV/EHU, estiman que a día de hoy es “impensable” cumplir con la recomendación de la OMS de que los niños realicen una hora de ejercicio diario para reducir los riesgos asociados al sedentarismo. Impensable sí, pero no “imposible”. Según Maldonado, “es muy complicado impartir una hora cada día de Educación Física porque tendrían que quitar horas de otras asignaturas y seguramente tampoco sería lo adecuado. Sin embargo, sí se podría garantizar esa actividad física adaptando la metodología en la que se imparten ciertas asignaturas”. Explica que Educación Física ya trabaja de forma trasversal contenidos ajenos a la disciplina, como los valores de la inclusivdad, el género o la tolerancia. También aborda la historia o la cultura vascas, por ejemplo, a través de los juegos o los bailes tradicionales. La clave para cumplir la recomendación de la OMS sería que otras asignaturas incorporasen la motricidad para que el alumnado no esté cinco horas sentado. “Esto es algo -dice- que se debe estudiar y cada colegio lo tiene que integrar en el proyecto de centro y de los sus criterios de calidad educativa. Hay colegios en el norte de Europa que imparten Ciencias o Matemáticas al aire libre, en el patio o dentro del aula, pero sin estar sentados. Esto obligaría a repensar los espacios y configurar el aula de otra manera”.

Para Maldonado, uno de los aspectos más destacado de la ley es que, además de elevar la actividad física en la etapa obligatoria, se integra el tramo 0-6 años lo cual “es fantástico porque los niños se escolarizan desde los 2 años”. Para Iturriaga toda actividad física es positiva si está adaptada a la persona y a la edad, porque no es lo mismo tener tres años que sesenta. Explica que en Infantil se trabaja la psicomotricidad ya que “es una etapa en la que se están aprendiendo unas destrezas básicas, se empieza a desarrollar la coordinación oculomanual, a reptar, saltar, correr, lanzar cosas, etc.”. En Primaria la actividad física se desarrolla a través del juego. “Esas habilidades básicas individuales se adaptan a juegos abiertos y reglados, con lo que se mejora la amalgama de movimientos dentro de unas normas, en unión con otras personas y usando materiales apropiados”. Y en Secundaria se empieza a trabajarse la condición física mediante los deportes. “Hay una evolución pero el movimiento, sean cuales sean sus manifestaciones, es el centro de la Educación Física. Lo que tenemos que conseguir es que esos niños y niñas aprendan a usar el movimiento por ellos mismos, a través del juego o a través de los deportes”, subraya Iturriaga. Ambos profesionales aplauden la limitación del uso de smartphones ya que están directamente relacionados con el estilo de vida “tóxico” del sedentarismo. Maldonado recuerda que los resultados preliminares del estudio Pasos que acaba de publicar la Fundación Pau Gasol, que analiza la inactividad física y el uso de las tecnologías en los menores, confirman que el 60% de las niñas y el 56% de los niños no cumplen la recomendación de la OMS.

Sedentarismo y tecnología Para Iturriaga, “hay una incidencia entre el uso de pantallas, ordenadores, tabletas y dispositivos móviles con la inactividad física. Ahora, no sé si se puede afirmar con tanta rotundidad que el sedentarismo es culpa de los móviles, seguramente no. La culpa es que no les estamos enseñando a divertirse con juegos tradicionales en el parque, en la calle, en el patio, donde el movimiento es la clave; o simplemente no les enseñamos a aburrirse”. Algunas de las deficiencias que la ley pretende atajar es la “clara desigualdad” en la práctica deportiva de hombres y mujeres y su abandono en el tránsito a los estudios superiores. La universalización del deporte en las aulas vascas es una realidad. Sin embargo, no ha llegado a las actividades extraescolares deportivas, donde se observan los primeros desequilibrios en la presencia en función del sexo. Según el último estudio de Emakunde -con datos de 2012- la participación de las chicas en los Juegos Deportivos Escolares de Euskadi fue del 39,5% frente al 60% de los chicos. Además, según se asciende de categoría la participación de las chicas va descendiendo paulatinamente. “Habría que hablar de si la oferta deportiva tradicional que se está ofertando de Citius, altius, fortius sea la que más se acomoda a lo que demandan las chicas. Tiene una explicación más profunda, pero lo que es una evidencia es que en la adolescencia las tasas de abandono de las chicas son alarmantes”, afirma Iturriaga.