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Los océanos, el termómetro del calentamiento global

Bilbao - Mientras la mayoría de los mortales miramos al cielo cuando hablamos del calentamiento global, los físicos Jonathan Gregory y John Church, premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático, junto a la geofísica Any Cazenave “por detectar, comprender y predecir el aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático”, miran a los océanos. Sus aportaciones han permitido “detectar, entender y proyectar la respuesta del nivel del mar a escala global y regional al cambio climático por la acción humana”.

“El aumento del nivel del mar pone en peligro las áreas a baja altitud, con múltiples impactos sociales y ecológicos”, dice el acta del jurado. “Dados los muchos factores que intervienen, interpretar y proyectar los cambios en el nivel del mar constituye un desafío científico de enorme calibre”, subrayan.

Los tres galardonados enfatizan la gravedad del problema, su urgencia y la necesidad de acciones políticas. “El nivel del mar está aumentando a un ritmo cada vez mayor”, dijo Church.

“Si continuamos sin reducir nuestras emisiones, podríamos sufrir un aumento de hasta un metro, quizás más a finales de siglo. Pero si tomamos medidas urgentes y efectivas, podríamos reducir el impacto poco más de medio metro. Y este aumento durará muchos siglos”, recalca. “Este problema no solo es importante sino que es además urgente”, insiste el físico australiano. “Muchos políticos reconocen su importancia, pero pocos asumen el grado de urgencia con el que debemos reaccionar (?) Reducir las emisiones para lograr un aumento de temperatura como mucho hasta 1,5 grados es un buen objetivo, es el que debemos marcarnos”.

“En España, y en cualquier otro país con costa, es necesario planificar adaptaciones al aumento del nivel de mar en el siglo XXI y más allá, porque el aumento del nivel del mar no va a parar en 2100. Y por supuesto, tenemos que mitigar las emisiones para evitar los peores escenarios”.

Que el aumento del nivel del mar sea inevitable no significa que no se pueda hacer nada, apunta Gregory: “Incluso en el mejor de los escenarios de reducción de emisiones, el aumento del nivel del mar no se estabilizará a finales del siglo XXI, sino que continuará durante muchos siglos, porque la escala temporal para el calentamiento del océano profundo es de siglos o milenios. Pero sí podremos influir sobre cuánto aumentará y cómo de rápido ocurrirá. No podemos detener el aumento, pero no es demasiado tarde para hacer algo. A los escépticos les dirían que comparen el clima en 2019 con el de hace 10 o 15 años. Que se fijaran en los hechos y en las observaciones por mitigarlo y reducir su impacto”, expresaba.