bilbao - La ONU presentó ayer un nuevo informe realizado por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) en el que recomienda un cambio global de la dieta. Según lo expresado por este último organismo, es necesario apostar por una alimentación basada en productos agrícolas y que el consumo de carne sea mucho menor que el actual.

De acuerdo a lo expresado por el IPCC, el 23% de los gases de efecto invernadero que tienen en el ser humano su epicentro proviene de los diferentes usos que dan a la tierra agricultores y silvicultores, entre otros. Si se produjera una reducción de los cultivos, varios millones de kilómetros cuadrados serían liberados en las próximas tres décadas, a la vez que se reducirían las emisiones de dióxido de carbono hasta en ocho gigatoneladas al año. El IPCC presenta las emisiones producidas por el ganado como ejemplo de las malas prácticas actuales.

Por ello, el punto de mira del panel de la ONU se centra, sobre todo, en agricultores locales y grupos indígenas, a los que pide que se unan a sus intentos de mejorar el estado del planeta. Sin embargo, señalan las dificultades que conlleva utilizar el suelo como “sumidero de carbono”, puesto que es complicado volver a cultivar dichos espacios y no se puede asegurar que las nuevas plantaciones estén exentas de talados masivos en un futuro.

Otro de los grandes retos de las generaciones actuales y futuras es poner fin a la interrupción de las cadenas alimentarias a nivel mundial, que cada vez son más habituales debido a los efectos producidos por el calentamiento global.

AUMENTO DE PRECIOS El IPCC predice también un aumento de precios en la alimentación antes de 2050, sobre todo en el caso de los cereales, que podrían llegar a ser de un 7,6%. Este hecho, a su vez, podría provocar que el ser humano perdiese gran parte de la seguridad alimentaria con la que cuenta en la actualidad debido a los altos costes de los productos habituales. El problema, según explica el informe, llega a consecuencia del desperdicio exagerado de los alimentos, que oscila entre el 25 y el 30% de la producción mundial.

Según los cálculos que facilita el informe, la producción de estos desechos significa alrededor del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero que son expulsados por el ser humano en un año.

En definitiva, tal y como apunta Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica, “la comunidad científica internacional lanza un claro mensaje de urgencia y avisa de que es necesario garantizar, en el corto plazo, un uso sostenible de la tierra”. En cuanto a España, la ministra señaló que se trata de un lugar “vulnerable al cambio climático y a sus fenómenos asociados”. Por ello, según lo expresado por Ribera, las instituciones deben “apostar por una gestión realmente sostenible de la tierra”.

LA TEMPERATURA Según señala la ONU, el planeta se encuentra ante un alto riesgo de sequía, incendios y descongelación a nivel mundial debido al aumento de temperatura. El termómetro de la Tierra ha subido 0,87 grados centígrados desde la época preindustrial, una cifra que aumenta hasta 1,53 grados si solamente se tiene en cuenta la superficie terrestre del orbe. Entre los objetivos que marca el IPCC se encuentra la estabilización de este crecimiento a 1,5 grados de manera sostenida, que tiene que llegar gracias a “cambios rápidos, de largo alcance y sin precedentes”. Siguiendo estos pasos, el Acuerdo de París marcó como máximo recomendable esa cifra.

Los científicos, por su parte, esperan que este debate llegue a la Cumbre de Acción Climática de la ONU que se celebrará el 23 de septiembre en Nueva York.

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