Bilbao - Los fogones del Restaurante Boroa añoran a Iñigo Elorriaga, chef de Gernika-Lumo. El excampeón de España de cocina de autor falleció ayer a los 42 años. Era el segundo a bordo en el equipo de Jabier Gartzia del reconocido establecimiento zornotzarra cuando este último se jubiló en diciembre. Hoy, la iglesia Andre Maria de la villa foral acoge los funerales por su persona a las siete de la tarde.

La gerente del Restaurante Boroa, Mari Asun Ibarrondo, siente la pérdida de este referente culinario vizcaino que para ella fue “como hijo, un hijo adoptivo”, aprecia a DEIA. Elorriaga trabajó desde los dieciséis años con esta dirección: primero, un lustro en el Hotel Boliña de Gernika-Lumo y, a continuación, veintidós en el Boroa de Amorebieta-Etxano. “Era el creativo del equipo. Inquieto, siempre buscando mejorar nuestra carta, amante de la innovación”, glosa Ibarrondo.

Con él en un equipo consolidado, el Restaurante Boroa -paraíso gastronómico en plena naturaleza- logró una estrella Michelin en 2008 y dos soles de la Guía Campsa. Elorriaga basaba la oferta de su exquisito quehacer en la comida tradicional modernizada al día de hoy y concediendo extrema importancia al producto de temporada. El gernikarra conquistó diferente concursos y premios, algunos de ellos de pintxos, gastronomía sublime en miniatura. El Boroa prosigue con el mismo mimo con su oferta gastronómica, con la cocina en la que Elorriaga aportaba su grano y horneada veteranía, a pesar de su, tristemente, ya eterna juventud: con los hermanos Ander y Jon Unda, Vitalie Nofit, Juan Cobo, Víctor de Castro y “todo un equipazo de veintidós personas”, enfatiza la gerente. “Iñigo -completa- era el arma y revolución de la creatividad”. -Iban Gorriti