ZARAGOZA. Según informa la Guardia Civil, la mujer y su tío, que han ingresado hoy en prisión por presuntos delitos de tentativa de asesinato, organización criminal y amenazas graves, decidieron contratar a una tercera persona, en prisión desde días atrás, para que llevara a cabo la ejecución material de la venganza.

La investigación también propició ayer la detención de una cuarta persona por encubrimiento, una mujer que trabajaba para los presuntos inductores de la agresión y que estaba al tanto de los planes ideados contra el menor.

Las fuentes citadas destacan que la represalia se comenzó a fraguar a principios de año, cuando uno de los hermanos mayores del menor agredido decidió romper con su pareja y trasladarse a Alemania a vivir.

Desde entonces, su expareja, Sara G.C., de 26 años, y su tío, José G.C., de 41 y conocido en Caspe con el apodo de Recortao, realizaron todo tipo de gestiones para conseguir que regresara e, incluso, viajaron a Alemania con la intención de localizarlo.

Fracasados estos intentos, tío y sobrina dieron un ultimátum a la familia de la expareja de ésta para que regresara el joven de Alemania, con la amenaza añadida de causar daño a alguno de sus familiares en caso contrario.

Transcurridos varios días, los detenidos cumplieron sus amenazas y contrataron a una tercera persona, Aitor G.G., de 37 años, y la trasladaron a Caspe para llevar a cabo la agresión.

En este plan estaba implicada como encubridora una mujer que trabajaba para el tío y la sobrina como cuidadora de uno de sus familiares y que no sólo conocía los planes sino que llegó a asegurarse que el menor agredido, Kamal, asistiera a clase para poder ejecutar la agresión.

Esta mujer, de 47 años, informó a los investigadores tras su detención que no había denunciado los hechos al haber sido amenazada con daños personales en caso de hacerlo.

El rastro del presunto agresor fue detectado días después en el Hospital de Huesca, al que el autor material del ataque acudió para curarse de unas quemaduras en la mano a causa de las salpicaduras recibidas al rociar al menor.

Los investigadores consideran que tanto el tío como sobrina el supuesto autor material de la agresión son autores de un presunto delito de asesinato en grado de tentativa y también de organización criminal al quedar acreditado que se concertaron entre los tres para alcanzar sus propósitos.

A tío y sobrina se les imputa también otro presunto delito de amenazas de muerte y de coacciones a la familia de la víctima.