Bilbao - La movilización de la sociedad civil ante el cambio climático no tiene precedentes. Ni en la geografía vasca ni en otros lugares del planeta. El motivo merece el esfuerzo. Así lo manifestaban ayer las centenares de personas que volvieron a expresar públicamente en las calles de Bilbao su compromiso para luchar a favor de un mundo más sostenible, eficiente y justo. Respondían de este modo a la convocatoria a nivel mundial del movimiento estudiantil Fridays for Future. Y lo hicieron, como siempre, estimulados por verdades científicas.

Por ejemplo, que la concentración media diaria de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera alcanzó en abril el nivel récord de 415 partes por millón (ppm), un valor que no se alcanzaba desde hace tres millones de años; antes de que el ser humano ocupara la Tierra. “La destrucción de la biodiversidad, las consecuencias que eso tendrá a largo plazo, la destrucción de recursos,... Nos estamos quedando sin recursos para vivir incluso nosotros”. Así hablaba una de las jóvenes vascas que ayer al mediodía, en la plaza del Teatro Arriaga, trataba de concienciar sobre el escenario presente. “Todo eso, creo que es lo suficientemente importante como para empezar a luchar lo antes posible”, resumía esta representante del movimiento Fridays for Future.

De hecho, los jóvenes vascos sumaron sus voces a los de otros millones más en el planeta para exigir a la clase política que se ponga manos a la obra ante la crisis climática. Dicho de otro modo, que se proclame el Estado de Emergencia Climática. Reino Unido ya lo ha hecho. Piden además que haya un plan de acción con medidas concretas y “ambiciosas”. Y claman para que se haga con urgencia. “Que tomen medidas reales, se movilicen y escuchen a la ciudadanía joven”, enfatizaban. También emplazaron a emprender medidas efectivas en favor de la sostenibilidad del planeta, como el uso de renovables o la reducción de uso de plásticos.

Desde esta plataforma juvenil animaron a la ciudadanía a tomar conciencia del alcance del cambio climático. Así, recordaron que la mayoría de los jóvenes que componen este movimiento de lucha contra el cambio climático no pueden votar en las elecciones de mañana domingo; y que por eso mismo dependen de los que sí pueden hacerlo. “Esta lucha -declaraban- no es solo en favor del medio ambiente, sino también en favor de la gente y del apoyo mutuo para salir adelante”. En resumen, la reivindicación de la juventud se condensa en las palabras justicia climática.

“Soñamos, y ojalá vivamos, con un planeta donde el mar, limpio, no inunde las ciudades que conocemos hoy como costeras, en el que se ponga fin a la extinción masiva de especies, el agua no escasee y el aire sea puro y respirable en cada rincón del planeta. Además, consideramos que toda transformación que se lleve a cabo debe garantizar una distribución equitativa de los recursos, tanto a nivel local como global”.