GASTEIZ. Krakenberger, que este sábado pronuncia una conferencia invitado por Amnistía Internacional en Gasteiz sobre este juicio, ha explicado las repercusiones de la admisión del juez, Dennis Bailey, de la moción de la Fiscalía para que el asalto en el que Ibar fue arrestado sea considerado un agravante.

En su opinión, se trata de un paso más de una Fiscalía que "ha ido a matar", algo que ha reconocido que suena "muy crudo", pero que deja "cada vez más claro que lo que persigue es la pena de muerte sí o sí".

Ha denunciado que muchas de las decisiones del juez del caso no tienen explicación "se pillen por donde se pillen" y ha tachado de "altamente irregular" este último agravante aceptado porque choca con el criterio previo de no aceptar en este caso nada que tuviera que ver de manera individual con Ibar.

El juez aceptó este viernes la moción de la Fiscalía que pedía incluir en su "lista de agravantes" el asalto y allanamiento de una vivienda en el condado de Miami-Dade. En esa vivienda fue arrestado Ibar por un delito de intento de robo con violencia tres semanas después del triple homicidio, cometido el 26 de junio de 1994.

Fue entonces cuando los detectives encontraron parecido entre Ibar y la persona que aparecía en las imágenes granuladas y borrosas extraídas de la cámara de seguridad que había en la casa de Miramar donde fueron asesinados Casimir Sucharsky, Sharon Anderson y Marie Rogers.

Krakenberger ha recordado que Ibar afirma que acudió a la vivienda en la que fue detenido por robo a acompañar a un amigo, una de las "múltiples versiones" que hay sobre este suceso, y que no participó en ningún delito.

Ha explicado que el inicio de la fase para dictar sentencia, prevista inicialmente para el 25 de febrero, se ha retrasado por el nuevo agravante aceptado.

Krakenberger ha insistido en que "salga lo que salga", pena de muerte o cadena perpetua, los abogados de Ibar lo van a recurrir y va a seguir "batallando", aunque "mucho más" de lo que hubieran deseado,

El pasado 19 de enero el jurado declaró culpable a Ibar de los seis cargos que pesaban en su contra, tres de ellos de asesinato en primer grado. Ibar, de 46 años, lleva casi 25 años preso, 16 de los cuales los pasó en el corredor de la muerte en una prisión de Florida.

Sus abogados han sufrido además otro varapalo con la negativa de un tribunal de apelaciones de aceptar una apelación sobre un jurado que se "arrepintió" del veredicto de culpabilidad.

El miembro del jurado arrepentido, identificado como "Collins", fue excluido por el juez tras reconocer en una audiencia que en una página de internet denunció haber sufrido "presiones increíbles" y "bullying no intencionado (sic)" durante las deliberaciones del jurado del juicio a Ibar.

Al no prosperar ese recurso, un miembro suplente probablemente ocupará el puesto del "arrepentido" cuando el jurado decida si Ibar es otra vez condenado a muerte -ya lo estuvo de 2000 a 2016-, como pide la Fiscalía. Si el jurado no vota unánimemente, Ibar recibirá una sentencia de cadena perpetua.

En 2016 la Corte Suprema de Florida anuló la sentencia y ordenó celebrar el juicio que ahora tiene lugar, porque consideró que las pruebas físicas presentadas contra Ibar eran débiles y no le conectaban con los tres asesinatos.