gernika - Habían rozado un premio gordo el pasado año. “Dimos en el palo”, señaló como símil futbolístico Javi Zarandona de la taberna Alboka de Gernika-Lumo, con un boleto del 03347 a buen resguardo. “Y este año, gol por toda la escuadra”, sintetizó pocos minutos después de que los niños de San Ildefonso regaran Gernika-Lumo con un chaparrón de millones de euros. “120 melones, 120 melones, 120 melones...”, gritaba un premiado que no podía creerse que esa imagen, que se repite año a año “en otros sitios, esta vez nos haya tocado a nosotros”. Para entonces, los móviles de media localidad ya echaban humo y las inmediaciones del bar, ubicado en la calle Juan Calzada, se convirtieron en un hervidero de agraciados que se lanzaron a festejar un Gordo “que viene muy bien a nuestro pueblo”, destacaban.
Muchos afortunados quisieron felicitar a los ángeles que convirtieron Gernika-Lumo en un río de millones. Zarandona fue uno de ellos, pero también su compañera en el Alboka, Karmele Arrasate. “Alegría”, musitaba, apuntando que la lotería se repartió entre amigos del barrio y la clientela del bar, “los de siempre”. “Premio doble”, certificó, adelantando que será el próximo 30 de diciembre cuando celebren el 16 aniversario del establecimiento. “Siempre lo celebramos con una fiesta, pero esta vez va a ser más a lo grande. Un fiestón”, apuntó. Y abundó Zarandona, sobre un día que la localidad foral jamás olvidará. “La mañana ha ido tranquilita, hasta que me ha llamado mi sobrina y a partir de ahí, leña...”, afirmó. No era para menos, ya que el bar había llevado la alegría a muchos. Recordó que “el año pasado rozamos el premio, aunque un número del centro falló. Y este año, premio. No creí que pudiera ser posible, ya que pasó el tren y no pudimos cogerlo. Pues ya ves que pasa otra vez. Es increíble”, ahondó. Además, se trata de un premio “muy repartido entre la gente del barrio”. Según sus cálculos, “hemos vendido como unos 5.820 euros”, entre los que se encontraban dos décimos suyos. “Me he quedado con uno y otro compartido con la cuadrilla de mus”, certificó.
La clientela tampoco quiso faltar a la fiesta montada en torno a la taberna Alboka, que incluso requirió que la Policía Municipal de Gernika se personara para calmar el tráfico de la calle San Juan. Decenas de personas mostraron su alegría. Entre ellos estaba Francisco Trinidad. “Jamás en la vida me había tocado nada. Normalmente juego”, sobre todo en Navidad, “pero nunca con un premio tan grande”. Cuestionado por si el dinero obtenido será invertido en el siempre manido “tapar agujeros”, el gernikarra incidió en que “ya tenemos todos tapados. Les vendrá mejor a los hijos, a los que ayudaremos en lo que podamos”, reseñó. Tampoco se lo quiso perder la cuadrilla formada por Ana, Mari Carmen, Susana y Olga. “¡Ni Doña Manolita ni leches, taberna Alboka!”, gritaron nada más conocerse que el décimo compartido por siete parejas de amigos era el Gordo. “Lo estamos celebrando más que los que tienen el décimo entero”, apuntaron acerca de un “alegrón” que hará que “la Navidad no vaya a ser la misma. Olentzero va a venir más cargado que nunca”, sostuvieron. “Una nunca se imagina que le vaya a tocar. Siempre compras con esa esperanza, es verdad. Pero mira, este año, pues sí que nos ha tocado”.
“Algún capricho caerá” En la misma acera de la taberna Alboka y junto a sus propietarios, también quiso compartir su felicidad Ander Egia. “Que te toque el Gordo es un golpe muy fuerte. Me han llamado por teléfono y ni me lo creía. La verdad es que es algo que jamás te puedes imaginar”. Los nervios hicieron que Egia tuviera que “comprobar” que un sueño no era una pesadilla. “He ido al cajón donde guardo los décimos y quería comprobarlo. Necesitaba estar seguro”, aseveró este joven que trabaja en una empresa de jardinería de Muxika pero que “siempre como el menú aquí, todos los días. Llevo aquí ocho años”. La constancia parece tener premio. Sobre el futuro de sus miles de euros, prefería no elucubrar aunque sí confirmar que “algún capricho ya caerá. Habrá que darse un homenaje”, sonrió. No obstante, ayer no era día para hacer grandes planes. “Todavía no consigo asimilarlo, así que hoy toca festejar y mañana, que estaremos más tranquilos, ya lo pensaremos más fríamente. Pero hoy es un día para celebrar. Es una alegría inmensa”.
Si el Alboka era el epicentro de un alegrón mayúsculo, el terremoto del Gordo también afectó a la administración de lotería de Begoña Musatadi. Era el otro foco donde el champán corría a raudales y los abrazos se sucedían por ser los encargados de llevar la suerte a Gernika-Lumo. “Llevamos muchos años aquí, pero jamás habíamos dado un premio tan grande, tan bonito y tan repartido”, apuntó. “Esto es una locura total, una emoción inmensa”, gritó la lotera, que vio en directo en la televisión cómo traía la suerte a su municipio. “Me he dicho, ¡ene!? Ese número me suena. Cuando he visto, ya me he dado cuenta, he saltado de la silla?. Increíble. 30 series, 120 millones. Creo que se ha vendido todo”, dijo aún con los nervios a flor de piel, de un número que “feo o no feo, ha sido el que ha salido”. Asimismo, se congratuló de que “es un premio muy repartido”, y no solo en Gernika-Lumo. “Hay uno, con cuatro décimos? ¡Imáginate qué alegrón!”, abundó.
Como dice la famosa frase, en casa del herrero, cuchillo de palo. Así podría resumirse que Musatadi, que gobierna la administración de lotería número 2 cercana al parque de San Juan Ibarra, no hubiera guardado un décimo. “Aún así, estamos felices. Hemos traído una riada de millones. Nosotros no tenemos el número, pero como si lo hubiésemos tenido”, remarcó, consciente de que llenó su pueblo de millones. “No sé si estaría más contenta si hubiera tenido uno, pero este es increíble”. Y es que cierta premonición tuvo. “Ayer le dije a mi hermana: Has ido a la peluquería, así que sales mañana en la tele, en todas las entrevistas”. Musatadi no se equivocó en su vaticinio. Ni tampoco en que “va a correr el champán cosa fina en Gernika”. Corrió a raudales.