LOGROÑO. Así lo defiende este profesor con casi treinta años de experiencia, autor del libro "La batalla del móvil. ¿Cómo ganarla en el hogar?", asesor pedagógico del colegio Alcaste-Las Fuentes de Logroño y adjunto a la Dirección General del Grupo Educativo COAS, que reúne a centros del País Vasco y La Rioja.

"Hay muchos niños que no pueden divertirse sin una pantalla, que no juegan al aire libre, ni saben inventar juegos", lo que tiene una "clara repercusión" en la falta de oportunidades del menor, quien tendrá problemas para relacionarse con otros de su edad y para desarrollar su imaginación, ha explicado.

Ha añadido que, en mayor o menor medida, todos los niños son usuarios habituales de la pantalla y tienen una dependencia de ella, que "no hay que confundir con adicción".

Respecto al anuncio, el pasado mes de septiembre, de que el Gobierno central estudia la posibilidad de prohibir los teléfonos móviles en los centros educativos, García apuesta por regular, no por prohibir.

"Prohibir suena un poco fuerte; yo diría regular, al igual que con el consumo de tabaco o la entrada de vehículos a motor en el recinto escolar", ha asegurado.

En su opinión, regular significa que, en algún momento, se pueda utilizar el móvil porque un profesor proponga una actividad que lo requiera, pero que no pueda ser utilizado para el ocio de los niños.

Para él, "hay que evitar que los alumnos hagan un uso indiscriminado del teléfono móvil durante la jornada escolar, que es lo que está pasando ahora mismo", ha detallado.

Sobre la edad óptima para comenzar a tener un teléfono móvil, García ha considerado que "no la hay", "depende del grado de independencia del niño en su día a día".

"El momento de darle un móvil es aquel en el que hace cosas solo porque tú crees que tiene la responsabilidad suficiente para ello", ha señalado.

También se ha referido a que, muchas veces, cuando se pregunta a un padre el motivo por el que le da un móvil a su hijo de ocho años, el argumento es que "así lo tiene controlado y le puede llamar".

Sin embargo, este experto se ha cuestionado "si un chico de esa edad, en algún momento de su vida, está en una situación en la que realmente requiera el móvil", dado que no suele estar solo; y "otra cosa es cuando comienza a tener independencia y tiene que ir, por ejemplo, a entrenamientos", momento en el que se le puede dar y "eso es regular, ver cuándo le va a aportar más ventajas que inconvenientes y cuándo decidir".

Según sus datos, España es el país europeo con más adicción a la red y "si uno mira esta nueva generación, se encuentra con que, muchas veces, son niños que tienen hogares con pocos miembros, viven en ciudades grandes y tienen acceso a mucha tecnología", por lo que "su ocio es en solitario y sus relaciones son a través de la red".

Ha recalcado que algo que ocurre con cierta frecuencia es que los padres, cuando sus hijos son pequeños, quizá, sustituyen su presencia por una digital para que se entretengan un rato y en la adolescencia se quejan de que esté el día entero pegado a la pantalla.

A ello ha sumado que, en general, el problema es que los padres que tienen que educar en la tecnología a sus hijos no tienen esa formación y, además, muchas veces, les dan "un mal ejemplo".

En muchas ocasiones, "hacemos más caso a las pantallas que al ser humano que está delante, que se supone que es el más importante de nuestras vidas", según este asesor pedagógico.