Madrid - El primero de los cinco primeros contenedores con el combustible gastado de la piscina de la central nuclear de Santa María de Garoña -una de las tareas previas al desmantelamiento de la planta- comenzará a cargarse en el segundo semestre de 2019, según informaron fuentes de Nuclenor. Estos planes de desmantelamiento ya han sido comunicados a los alcaldes de los municipios del área de la central.
Según la empresa que gestiona la central nuclear el segundo semestre de 2019 es la fecha prevista dentro de las tareas propias de Nuclenor para preparar la planta para el futuro proceso de desmantelamiento que Enresa -la empresa estatal de residuos radiactivos- realizará con posterioridad. Así, estas fuentes explicaron que las tareas previas se están realizando según lo previsto, de modo que el acondicionamiento de los residuos operacionales de Garoña y el posterior vaciado de la piscina de combustible gastado siguen su curso.
La empresa señaló que según sus previsiones en el segundo semestre de 2019 se empezará a cargar el primer contenedor que será trasladado al almacén temporal individualizado situado en la propia central, para lo que Empresas Nucleares S. A. ha construido un puente grúa específico. Además, añadió que de momento Enresa tiene comprados cinco contenedores para este proceso que tutela la empresa estatal, encargado del plan estratégico para el desmantelamiento de la planta, cuyo permiso para seguir operando hasta 2031 denegó el Gobierno español.
El entonces ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, anunció la denegación del permiso porque las “circunstancias” no garantizaban la certidumbre suficiente, después de la oposición de todos los grupos políticos -excepto el PP- y las discrepancias expresadas también por los titulares al 50 por ciento de la planta, Iberdrola y Endesa.
La alcaldesa del Valle de Tobalina, en Burgos, donde está ubicada la central, Raquel González, detalló ayer que Nuclenor le comunicó que está ultimando la redacción del plan y confía que en los primeros meses de 2019 pueda recibir los vistos buenos preceptivos, entre ellos los del Consejo de Seguridad Nuclear y Enresa. Desde que la empresa comunicó el cierre definitivo de Garoña, en agosto del año pasado, los catorce municipios situados en un radio de diez kilómetros en el entorno de la instalación han trabajado en la elaboración de una propuesta de plan alternativo de desarrollo que presentarán a finales de septiembre y solo está pendiente ya de los últimos retoques, según la alcaldesa.
ecologistas Por su parte, la formación Equo ha reclamado que “se acelere” el desmantelamiento de Garoña y considera que, pese al anuncio de Nuclenor, los plazos para iniciar ese proceso se alargarán. Equo explicó ayer, a través de un comunicado, que ni el Consejo de Seguridad Nuclear ni Enresa conocen el plan de desmantelamiento, por lo que el proceso podría “prolongarse” más de lo previsto por Nuclenor.
El coportavoz de Equo Juantxo López de Uralde reconoció que este tipo de procesos “llevan su tiempo y exigen un trabajo concienzudo que garantice la seguridad”.
También el colectivo ecologista y antinuclear Eguzki intervino para exigir que el proceso de desmantelamiento de la central sea “seguro, público y transparente”. En una nota de prensa, Eguzki reclamó a Nuclenor que abra un “foro o canal” con los municipios, así como con técnicos y colectivos para supervisar ese proceso y las inversiones necesarias en la zona. Eguzki recuerda que Garoña debería haber estado desmantelada “hace mucho tiempo por vieja, peligrosa, innecesaria, por estar amortizada y porque lo demanda la sociedad”. - E. P./Efe