Iruñea - El médico forense y exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, apuesta por alcanzar un Pacto de Estado contra el machismo y cambiar los referentes culturales de la sociedad para tomar conciencia de que el machismo “no es conducta” sino “cultura”. “El machismo es cultura, no es conducta y, por tanto, la realidad está impregnada por aquellas cuestiones, valores e ideas que hemos considerado que son las adecuadas para organizar la convivencia”, afirma el director de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada.

En una entrevista concedida a Efe con motivo de su presencia en Iruñea, donde esta semana ha impartido una conferencia sobre machismo, advirtió de que hay una serie de contextos sociales y culturales que perpetúan este tipo de conductas. Lorente explicló que este tipo de situaciones se producen “con una serie de mitos y estereotipos alrededor de ellas que llevan a pensar que las mujeres provocan”, como el hecho de llevar ropa sexy, salir de fiesta, flirtear con determinados hombres o consumir bebidas alcohólicas.

“Son avisos que se interpretan como que esas mujeres quieren marcha -lamentó-, los estudios recogen cómo ese tipo de argumentos son utilizados para interpretar que son incitaciones o situaciones favorecedoras para mantener relaciones sexuales”. De hecho, una vez que se ha producido una conducta sexual no deseada, la misma cultura que crea esas referencias hace uso de otros mitos distintos para decir que eso no es así. De esta forma, se afirma que son denuncias falsas, que las mujeres denuncian para conseguir algo a cambio o para hacer daño al hombre, para conseguir medicación anti embarazo o para quedarse con la casa, los niños y la paga, entre otras muchas cosas. En definitiva, se recurre al mito de la mujer “perversa y malvada” que instrumentaliza la denuncia para conseguir cosas a cambio. “Somos puro machismo”, lamentó.

Respecto a la violencia de género en el ámbito de la pareja, destacó que ciertas circunstancias llevan a las mujeres a pensar que es normal que sus maridos las golpeen. Concretamente, en 2015, el 44% de las mujeres que no denunciaron actuaron así por considerar que la violencia que sufrieron no fue “lo suficientemente grave”. “Hay una normalidad, una aceptación de la violencia y una convivencia con ella”, denunció Lorente, que añadió que cuando la situación es tan grave que no se puede negar (como cuando se provoca la muerte de la mujer), “se tira de otros mitos” para señalar que son conductas producidas por personas alcohólicas, bajo el efecto de las drogas o con trastorno mental.

En este sentido, denunció que “se ve con normalidad” que 60 mujeres sean asesinadas cada año, ya que únicamente el 1 % de la población considera que este es un “problema grave”. Por todo ello, apostó por elaborar un Pacto de Estado no contra la violencia de género, sino contra el machismo. “Hemos tenido dos pactos de Estado contra el terrorismo, no contra el atentado terrorista o la violencia terrorista, sino contra todo lo que es el entramado que utiliza el terrorismo para luego llegar al atentado y la violencia. Aquí debería ser igual”, ha afirmado.

‘La Manada’ Cuestionado por la sentencia de La Manada, dijo que “sorprende” que, a raíz de lo probado, se alcance una consecuencia “tan mínima” como es el verlo como abuso en vez de como agresión. Así, apuntó que el problema radica en que “se ha entendido la violencia como fuerza física cuando no solo es fuerza física”. Como “lógica” calificó la reacción ciudadana mostrada ante el caso, al considerar que se trata de “una expresión del ideal de justicia” y una “respuesta crítica a la desproporción entre lo que se dice que ha ocurrido y lo que luego se condena”.

“No hay que verlo como una crítica a la institución, puesto que no se trata de cuestionar a la Audiencia Provincial de Navarra, sino una respuesta a una justicia que sigue siendo lejana y distante a la realidad que sufren las mujeres como consecuencia de las violencias estructurales”, aclaró, tras pedir una mayor formación en perspectiva de género para los profesionales de la Justicia.