VIVIMOS en un mundo tan competitivo que hasta practicar deporte o cuidarse físicamente supone un desafío ante los demás. Si un corredor no se mete entre pecho y espalda un maratón o no participa en un triatlón es como si no fuera buen deportista, cuando su práctica tiene que estar adaptada a las condiciones de cada persona, a su físico y salud. “Entre los 20 y 30 años hay muchas personas que hacen ejercicio físico, pero entre los 30 y 40 un gran número de ellas dejan de practicarlo, bien por temas laborales o familiares cuando se les comienza a complicar la vida. A partir de los 50 suelen retomar la actividad, aunque algunos lo hacen con excesiva fuerza cuando su cuerpo no está preparado; hay que empezar poco a poco y saber las posibilidades de cada uno: por eso decimos que hay que correr con cabeza y plantearse unos objetivos realistas”, subraya el doctor Eduardo González Zorzano, experto del Departamento científico de Cinfa.

Practicar running requiere un esfuerzo físico importante y por lo tanto hay que preparase tanto a nivel físico como técnico con material deportivo “que esté bien, porque si no puede haber complicaciones”. Sin embargo, y pese a que esta actividad cada vez tiene más seguidores tanto en el Estado como en Euskadi -se estima que más de tres millones salen a correr-, la mayoría de ellos no se prepara como es debido para ello. Así se desprende del VI Estudio CinfaSalud.

Si nos entrenamos de menos a más nuestro cuerpo cada vez irá pidiendo o aguantando más carga de running. “En pocas semanas llegamos a cinco kilómetros y en otras pocas a diez. Esto es clarísimo”, indica el especialista de Cinfa, la compañía navarra líder estatal de medicamentos genéricos.

Tres de cada cuatro corredores no se ha sometido nunca a una prueba de esfuerzo (75,1%) ni realiza un plan de entrenamiento regular (77%), al tiempo que la mitad (48,5%) no calienta antes de correr ni estira después. “Sin embargo, las tres recomendaciones son clave para poder disfrutar de la carrera sin exponer el cuerpo a riesgos inútiles, sobre todo cuando existe una dolencia previa diagnosticada”, explica el experto.

Reconoce que las pruebas de esfuerzo no solo son importantes para los deportistas profesionales o de elite, sino para todos los que realizan deporte de esfuerzo desde los 35 años. “De hecho en Francia, en marchas populares, ya se obliga a los participantes a realizársela. Una prueba que debe ser controlada por un médico -cardiólogo o especialista en medicina del deporte- para valorar la capacidad cardiorrespiratoria del individuo, para detectar posibles riesgos. No es una prueba cien por cien fiable, pero puede detectar dolencias ocultas”, señala González Zorzano.

pruebas de esfuerzo Hay un consenso de la Medicina Deportiva en aconsejar que a partir de los 35 años es recomendable la prueba de esfuerzo “y en personas con problemas cardiovasculares diagnosticados tendría que ser obligatorio en el protocolo por médico. Si éste se entera le tiene que instar a hacerlo; es importante que la lleve a cabo ya que evita riesgos, según hemos visto en la encuesta”, añade el experto. “De los resultados de la encuesta nos ha llamado la atención que veíamos desmayos y mareos en un 9,8% y podrían ser síntomas de un problema cardiovacular, por lo que habría que estudiarlo; seguro que no todo el porcentaje sea debido a eso, pero a veces son síntomas de alteraciones cardiovasculares y aparecen; por eso es esencial la prueba de esfuerzo”.

En CinfaSalud también se cuantifican los efectos de la falta de preparación de la que advierten los expertos. En esta línea destacan que seis de cada diez (61,8%) de los corredores padecieron en el último año alteraciones de salud mientras efectuaban este deporte. Así, el 38% aguantó una lesión muscular -principalmente en pierna, rodilla y tobillo-, el 23,1% dolores de cabeza fuertes y uno de cada diez sufrió fracturas y esguinces (11,9%), mareos o desmayos (9,8%) y palpitaciones (8,9%)

Para González-Zorzano los datos que refleja el Estudio sorprenden si se tiene en cuenta que el principal aliciente para el 29,4% de los runners a la hora de practicar esta actividad es asegurar su salud. “No existen deportes de más riesgo; es una cuestión de esfuerzo. Así, la Fundación Española del Corazón (FEC) hablaba de unas 135 muertes súbitas en el deporte; es mala suerte porque hay millones de personas que practican ejercicio físico. El porcentaje es mínimo, pero eso significa que hay personas que padeciendo alteraciones cardiovasculares realizaban actividades de esfuerzo sin conocer que tenían problemas de salud ocultos”, añade Gónzalez-Zorzano, para quien el descanso y la alimentación son el entrenamiento invisible de los corredores, “porque favorecen que rindan más. Si no duermen bien el cuerpo les pasará factura”, asegura.

hidratación, clave La hidratación es básica antes, durante y después del ejercicio, “no solo agua, sino sobre todo sodio” ¿Y los suplementos nutricionales son aliados? “Suelen ser de gran ayuda, pero con el asesoramiento del farmacéutico o de un médico especialista en deporte. Serán ellos los que elijan los productos de calidad y seguridad que servirán para poner el cuerpo en forma para la carrera y tras ella ayudar al músculo a recuperarse”, añade González Zorzano, que reconoce que el running es actualmente uno de los deportes de moda.

Su éxito depende de que no necesitas a otras personas para ir a practicarlo; en otros deportes sí precisas contar con otros. “Además, puedes hacerlo a cualquier hora y en cualquier sitio; no necesitas unas infraestructuras más allá de las zapatillas. Después, si quieres complicarte tienes deportivas de alta gama, tecnología, relojes, cronómetros que están bien para motivarte, pero no son imprescindibles”, apostilla.

En lo que sí incide el doctor es en la necesidad de que los runners cuidan al máximo sus pies, ya que es una de las partes del cuerpo que más sufre cuando corren. Por eso en el Estudio CinfaSalud se recomienda lavarlos y secarlos adecuadamente a diario, hidratarlos como mínimo dos veces a la semana y cortarse correctamente las uñas, así como acudir al podólogo para tratar los callos y durezas o cualquier posible problema que les surja.

En esta misma línea, González-Zorzano aconseja a los corredores que no se rindan ante las modas y que se decanten por las zapatillas más adecuadas, no las más bonitas o modernas. “Es particularmente importante que su amortiguación sea la correcta para el peso de cada persona y su ergonomía y que estén ajustadas a su manera de pisar”, finaliza.

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