Bruselas - Los estudiantes inmigrantes o con antecedentes migratorios tienen más dificultades para lograr un buen nivel académico y de bienestar que los nativos, según el último informe de la OCDE presentado ayer en Bruselas. La directora gerente de la OCDE, la mexicana Gabriela Ramos, fue la encargada de presentar el informe en el se analiza la adaptación de los estudiantes inmigrantes o descendientes de inmigrantes a su lugar de destino a partir del Informe Pisa 2015.

Los flujos migratorios están cambiando la composición en las aulas: casi uno de cada cuatro estudiantes de 15 años en países de la OCDE es extranjero o tiene al menos un padre nacido en el extranjero. El bajo rendimiento académico es una característica común en la mayoría de los estudiantes con antecedentes migratorios: mientras 3 de cada 4 estudiantes nativos en los países de la OCDE y de la UE en 2015 alcanzaron un nivel básico de competencias en las tres principales asignatura de PISA -lectura, matemáticas y ciencia-, solo 6 de cada 10 con antecedentes migratorios lo consiguieron.

Una diferencia que se amplía en el caso de los inmigrantes de primera generación (estudiantes nacidos en el extranjero de padres nacidos en el extranjero), de los cuales un 49% alcanzaron los niveles básicos de competencia académica en la OCDE (50% en la UE), frente al 72 % de nativos (71 % UE).

En el Estado español, las cotas fueron del 52 % entre inmigrantes de primera generación frente al 75% entre los estudiantes nativos. La brecha más grande (42 puntos) se observa en Finlandia donde el 83% de los estudiantes nativos alcanzaron niveles académicos de referencia, pero solo el 41% de inmigrantes de primera generación lo hicieron.

Además de la respuesta académica, el informe pone el foco en el grado de capacidad para adaptarse socialmente y apunta que el 41% de los inmigrantes de primera generación muestran un débil sentimiento de pertenencia, comparado con el 33% de los estudiantes sin ningún antecedente migratorio.

El Estado español es, después de Kosovo, Líbano y Holanda, el país con un mayor sentimiento de pertenencia a su escuela por parte de los inmigrantes de primera generación (71%), aunque existe una diferencia considerable respecto a sus compañeros nativos (85%). Letonia y Brasil son los países con una mayor diferencia (28 puntos).

El informe también analiza el grado de satisfacción con la vida como una medida del grado de bienestar “subjetivo” de los estudiantes. Según los datos de PISA 2015 recogidos por la OCDE, un 31% de los estudiantes inmigrantes de primera generación declararon estar poco satisfechos con su vida, cifra que en el caso de los nativos se redujo a 28%. - Efe