Bilbao - Osakidetza tuvo que activar ayer el protocolo de actuación previsto cuando se detecta algún caso de tuberculosis. En esta ocasión fue desplegado en el hospital de Cruces, donde se tuvo constancia de que una persona (un trabajador del centro) dio positivo a las pruebas médicas practicadas. En concreto, tal y como confirmaban fuentes del Departamento de Salud y de Osakidetza, se trata de un caso de “tuberculosis pulmonar en un profesional sanitario” que desarrolla su labor en la Unidad neonatal del citado centro hospitalario.
Nada más tener conocimiento de este caso, la Dirección de Salud Pública del Gobierno vasco y Osakidetza pusieron en marcha las medidas preventivas fijadas en el protocolo y ayer mismo se empezaba con la fase de Estudio de contactos. Durante los próximos días, pacientes y profesionales sanitarios serán citados para tomar parte en las pruebas previstas en el protocolo de actuación, ilustraban desde Salud Pública.
Así, en primer lugar los padres y madres de los niños y niñas que van a ser citados en base a este protocolo de actuación serán informados de las medidas que se van a llevar a cabo, al igual que los pediatras de estos menores, y se les ofrecerá un teléfono de contacto para aclarar todas sus posibles dudas. Por otra parte, tal y como agregaban fuentes de Osakidetza, el Servicio de Prevención convocará al Comité de Seguridad y Salud del hospital de Cruces “para facilitar toda la información necesaria” a la plantilla de trabajadores del centro hospitalario y, en el caso de que sea necesario, “aplicará las medidas pertinentes a los trabajadores y trabajadoras que hayan podido estar expuestos”.
La tuberculosis es una enfermedad que no se ha erradicado -en Bizkaia se registran alrededor de 170 casos nuevos cada año- pero que en la actualidad se cura con un tratamiento adecuado. Se contagia por vía aérea al toser o al hablar, y en general “su transmisión requiere una convivencia íntima y prolongada en el tiempo. El bacilo de la tuberculosis es muy sensible a las condiciones externas, por lo que no es necesaria ninguna actuación sobre las instalaciones del centro y el hospital puede seguir su actividad con absoluta normalidad”, tranquilizaban desde la Dirección de Salud Pública. “Están en marcha todas las medidas preventivas necesarias”, insistían.
Este mismo año, en mayo, Osakidetza también tuvo que activar el mismo proceder. Esta vez en la Universidad de Deusto tras haber sido detectado un episodio de tuberculosis pulmonar en esa institución académica. Y un año antes, en junio de 2016, el epicentro estuvo localizado en un aula de la Facultad de Ciencia y Tecnología del campus de Bizkaia. Así, y aunque pudiera parecer una enfermedad extirpada o en vías de extinción, continúa siendo un serio problema de salud pública. Alguna bibliografía médica habla de unos trescientos casos anuales en el conjunto de la CAV.
Entre los principales síntomas de contagio figuran una tos persistente durante más de tres semanas, esputo sanguinolento, febrícula, pérdida de apetito y peso, o sudores nocturnos. Aunque se trata de una enfermedad de fácil contagio, su diagnóstico es sencillo y, lo más importante: se puede curar en un 97% de los casos si se sigue un tratamiento antibiótico. Hace pocas fechas también se alertaba de que la resistencia a los antibióticos “se está convirtiendo en un grave problema de salud pública” y puede suponer el retorno de enfermedades casi erradicadas como la tuberculosis. - DEIA