Valladolid - La población de oso pardo en la cordillera Cantábrica ha registrado una media de crecimiento anual de entre el 8 y el 15% durante los últimos seis años, lo que refleja una progresiva consolidación e incremento de esta especie que, sin embargo, sigue en peligro de extinción.

El censo de 2016 refleja un asentamiento de esta población en la zona occidental de la cordillera, con 34 osas y 57 oseznos, así como una recuperación “sólida” en el área oriental, con seis osas y diez crías, según informó ayer en una rueda de prensa en Valladolid el director general del Medio Natural de Castilla y León, José Ángel Arranz.

Estos dos principales núcleos poblacionales se distribuyen en las comunidades autónomas de Asturias, con un mínimo seguro de 29 osas y cincuenta crías; Castilla y León, que registra nueve osas y catorce oseznos, y Cantabria, con dos adultas y tres crías. “La consolidación es clara”, recalcó Arranz en referencia al censo mínimo de tres osas y seis crías registrado en la cordillera Cantábrica en 1994, una cifra que ha evolucionado hasta las cuarenta osas y 67 crías contabilizadas ahora.

Por otra parte, no ha sido posible diferenciar ocho nuevos grupos familiares que podrían estar asentados en la zona occidental (cinco) y en la oriental (tres), pero cuya presencia no ha sido confirmada todavía, según avanzó Arranz. Con los datos globales de 2016 y la media de los últimos siete años, se estima que la población de oso pardo en la cordillera Cantábrica oscila en mínimos de entre 260 y 270 ejemplares.

“El núcleo oriental asentado en Cantabria estuvo a punto de desaparecer y ahora está asentado, por lo que podemos sentirnos moderadamente optimistas”, recalcó el director general del Medio Natural cántabro, Antonio Lucio, quien insistió en que el oso pardo continúa siendo una especie en peligro de extinción. Por su parte, el director de Recursos Naturales del Principado de Asturias, Manuel Calvo, recalcó que el número de osas con crías censadas se ha multiplicado por cuatro en los últimos dieciséis años.

Los últimos informes muestran que no solo se ha incrementado el número de ejemplares sino también su área de dispersión, ya que “en el censo de 2014 se avistaron osas con crías en Sograndio, a tan solo siete kilómetros del centro de Oviedo”, explicó Calvo.

Convivir con los osos Por ello, el Principado de Asturias organizó en marzo del año pasado las jornadas formativas Conviviendo con osos, con el objetivo de tranquilizar a la población de las zonas rurales donde se habían avistado osos pardos y familiarizarlos con su presencia.

Para detectar la posible presencia de osos pardos, diferentes asociaciones e instituciones colaboran aportando datos sobre avistamientos, huellas, restos y daños que hayan podido dejar a su paso. Una vez localizado un ejemplar o una familia, los técnicos y guardas de campo de las cuatro comunidades autónomas con presencia de esta especie -Asturias, Cantabria, Castilla y León y Galicia- colaboran en las labores de verificación con el propósito de no duplicar datos, ya que los osos transitan libremente por estos cuatro territorios. “En la actualidad tenemos la mejor base de datos sobre osos pardos que nunca ha existido”, aseguró el representante del Gobierno de Cantabria.

El oso pardo fue declarado animal en peligro de extinción en 1989 y en los años posteriores todas las comunidades autónomas pusieron en marcha planes de recuperación que incluyen acciones de seguimiento y censo de la especie en el territorio peninsular. Gracias a este trabajo coordinado ha sido posible constatar la presencia de osas con cría en el puerto de Pozazal, que conecta Cantabria con la Meseta Central y que supone la zona más oriental con población osera hasta el momento.

En Castilla y León existe una población “bastante estabilizada”, a juicio de Arranz, en los valles leoneses de Babia y Luna y La Omaña, así como nuevas áreas colonizadas por familias de osos en Almanza y Villazanzo de Valderaduey, también en León. - Efe