Labastida - El sol y el calor fueron los protagonistas del Araba Euskaraz celebrado ayer en Labastida, aunque eso no impidió que el programa preparado por Bastida Ikastola funcionara como un reloj y con una presencia multitudinaria de personas llegadas de toda Araba, especialmente jóvenes. Desde las nueve y media de la mañana que apareció el primer autocar, un goteo incesante de vehículos se hizo presente en Labastida, que había sido reordenada en su tráfico para dar cabida a los miles de personas que acudieron a dar su apoyo al euskera y a la ikastola de la localidad.
Un impresionante despliegue de voluntarios apoyados por agentes de la Ertzaintza, se dedicó a vigilar que el tráfico fuera fluido, para que los visitantes fueran llenando los espacios habilitados para ellos, tanto en el exterior como en el interior de la villa, así como para que los vecinos no tuvieran inconvenientes en circular como lo hacían habitualmente por su pueblo. Terrenos o espacios en bodegas, como en Marqués de Carrión, contribuyeron para que todo el mundo pudiera aparcar sin mayores complicaciones y permitir que la zona habilitada en Labastida para celebrar la fiesta estuviera dedicada exclusivamente a la gente.
Ese acomodo de los vehículos propició una de las imágenes de la jornada: la llegada continua de oleadas de jóvenes dispuestos a disfrutar de la fiesta, aunque sin olvidar el sentido del día. Iban llegando en cuadrillas que buscaron el acomodo de las sombras para aguardar lo más cómodamente posible los conciertos previstos en los dos escenarios del recorrido. Como en otras ocasiones una gran puerta iba dando la bienvenida a la gente que acudió a la fiesta y a las numerosas autoridades que estuvieron presentes: desde el diputado general a la consejera de Interior, así como numerosos alcaldes, presidente de la Cuadrilla y cargos públicos.
Todos participaron en el primer acto de la jornada, que fue la presentación e inauguración, que se llevó a cabo en el viejo frontón al aire libre, cercano a la ikastola, donde tras los discursos comenzó el paseillo de poco más de un kilómetro que pasaba por todos los espacios diseñados para el disfrute de la jornada. Esta fue una de las grandes novedades de la jornada, ya que en ocasiones anteriores, el paseo había llevado a los asistentes hasta San Ginés, apartándose de muchas de las actividades previstas
Padres con hijos pequeños lo agradecían, como Izaskun, que había llegado desde Vitoria y que destacaba que “resulta más cómodo así, sobre todo cuando llevas al niño en la mochila y hace tanto calor como hoy [por ayer]”. Otra persona, vecina de Haro, señalaba que “al hacer el recorrido por donde están las txosnas te puedes organizar mejor para verlo todo y volver más tarde donde te apetezca sabiendo a lo que vas”.
Lo que desde luego llamaba más la atención fue la propia ikastola, que se transformó para la ocasión y en su cubierta se colocaron astronautas y otros elementos referidos a la velocidad con la que este centro ha ido creciendo y consolidando su oferta de enseñanza en euskera, hasta el punto de atraer estudiantes de muchos pueblos de Araba, La Rioja y hasta de Miranda de Ebro, Burgos.
Finalizado el recorrido, siempre encabezados por los gaiteros y los danzadores de Labastida, la comitiva de autoridades y visitantes regresaron a la ikastola, para celebrar el acto de reconocimiento a los colaboradores del Araba Euskaraz 2017. Cuatro fueron los reconocimientos que se realizaron. Tres a empresas, cuyos responsables recibieron un recuerdo de manos del presidente de Bastida Ikastola, del director y del responsable de coordinación de la fiesta de este año, y el cuarto fue para Orlando Arreitanundia, autor de las letras de esta fiesta en los años 2004, 2008, 2012 y la actual edición de 2017.
Ese fue el momento en el que se produjo el relevo para el Araba Euskaraz 2018. En esta ocasión será en Trebiño. Y en ese acto estuvo presente el director de la ikastola trebiñesa, Ekaiz Lotina, quien dijo que “el primer sentimiento que tenemos es de alegría y de responsabilidad al mismo tiempo. Tenemos mucho trabajo por delante. El último que hicimos fue en 2007 y nos acordamos y sabemos que supone mucho trabajo”. Para Lotina, la fiesta significa “poder asentarnos para siempre estando dentro de Trebiño alavés y poder ampliar nuestras instalaciones para que Primaria sea un proyecto estabilizado y económicamente viable”. En la actualidad la ikastola tiene 40 alumnos de Infantil.