bilbao - Empujones, amagos de puñetazos, patadas, gafas por los suelos y muchas amenazas. El Servicio Vasco de Salud registró el año pasado casi cuarenta denuncias cada mes de profesionales sanitarios que habían sufrido algún tipo de agresión física o verbal. Osakidetza registró un total de 473 notificaciones por agresión verbal o física a sus empleados, un 9% menos respecto a las 518 presentadas el año anterior. Estos casos de violencia extrema fueron más frecuentes en las áreas de Psiquiatría, donde 47 trabajadores terminaron heridos, y en hospitalización, que notificó 45. También Urgencias destacó en este aspecto, con 23 denuncias. Atención Primaria, con apenas ocho casos, fue el servicio menos conflictivo.

El Departamento de Salud informó ayer que del total de las agresiones denunciadas, 123 fueron accidentes, es decir, agresiones con resultado de lesión -frente a 149 en 2015-, y 350 incidentes, esto es, agresiones que no causaron lesión, frente a 369 en 2015. Estos datos fueron dados a conocer por José María Armentia, director de Recursos Humanos, en vísperas de la celebración del Día contra las Agresiones al Personal Sanitario.

Los colectivos que más agresiones sufrieron -tanto con resultado de lesiones como las que no implicaron heridas- fueron los médicos (163), personal de enfermería (137), auxiliares sanitarios (95), auxiliares de administración (33) y celadores (35). De hecho, ayer los colegios vascos de médicos subrayaron el dato relevante de que las agresiones al colectivo médico se han disparado de forma destacada, ya que suben más de un 26% respecto al año anterior, pasando de 129 notificaciones en 2015 a 163 en 2016. De esta forma se ha convertido en el colectivo que más ataques recibió.

Por sexo, el número de agresiones declaradas por mujeres sigue siendo mayor que el comunicado por hombres, en una plantilla mayoritariamente femenina en la que, en términos porcentuales, las cifras se aproximan. Así, la incidencia en 2016 fue, en el caso de las mujeres, de un 13,9 por cada mil trabajadoras, y, en el de los hombres, del 14,1 por cada mil.

Para poner coto a la violencia en el entorno sanitario la pasada legislatura fue reactivado el Observatorio de Agresiones, que permitió “reforzar los mecanismos de prevención y sensibilización” y supuso la puesta en marcha de una nueva vía electrónica para notificar agresiones, según señaló Armentia. Por ello, el director de Recursos Humanos anunció la puesta en marcha de una campaña de tolerancia cero.