Bilbao - El reciente lanzamiento al mercado estatal de una vacuna canina contra la infección parasitaria de la leishmaniosis es un “modelo” para la posible consecución de un antídoto para humanos de esta enfermedad, que provoca la muerte de unas 30.000 personas al año en el mundo.

Jaime Grego, presidente de la bio-farmacéutica Leti, que acaba de comercializar esta vacuna canina en el Estado español tras 25 años de investigación, señala en una entrevista con Efe que el control de la infección en los perros “constituye una parte fundamental para la prevención de la leishmaniosis en humanos”.

Transmitida por la picadura del mosquito flebótomo, la leishmaniosis, que afecta a 80 países en todo el mundo, es una enfermedad “crónica, asintomática en casos”, que tiene una prevalencia elevada en la cuenca mediterránea, Asia sudoriental, África oriental, Eurasia y Sudamérica. En las regiones afroasiáticas el parásito invasor vive, sobre todo, en los seres humanos, en tanto que en Europa y Sudamérica es mayoritariamente el perro el principal reservorio interno de la enfermedad, jugando así “un papel clave” en la transmisión a las personas.

La progresión de la enfermedad depende principalmente de la eficacia de la respuesta inmunitaria del hospedador, y de ahí que en España, durante años, se describieran casos de afectados entre personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), indica Grego. Advierte, por otra parte, de que el calentamiento global ha provocado que “el mosquito vaya volando cada vez más hacia el norte”, lo que unido a la movilidad de la población ha supuesto que “si antes a los perros de Bilbao había que llevarlos de vacaciones al Mediterráneo para que se infectaran, actualmente en Alemania hay 80.000 casos diagnosticados de canes que se han infectado allí”. La vacuna comercializada por Leti para los perros no es la primera en el mercado, pero “sí la única segura y efectiva, sin efectos secundarios”, gracias a que ha sido diseñada sobre “un activo proteico” conseguido a través de ingeniería genética, destaca Grego, quien se muestra orgulloso de la vacuna, tras una investigación que ha sido “un desafío” y cuyo principio, “aunque aún está por demostrar, todo parece indicar que podría servir para la vacuna para humanos”.

Ese fue en todo momento el “impulso y objetivo” de la compañía y su presidente, que vio “en los perros del Mediterráneo, de padres ricos”, la vía para “vacunar a muchos más y generar pronto beneficios” que les permitieran seguir investigando en el plano humano. Este ha sido el “motor” que ha impulsado a Grego todos los años de investigación, tras “ver las cifras y las imágenes de las consecuencias de la enfermedad”, que tiende a afectar “en un porcentaje importante a niños”.

De conseguir generar la vacuna humana, la financiación supondría un “obstáculo importante” que Leti, de capital independiente y familiar, “no podría afrontar sola”. Grego destaca que “la gente que está en riesgo de leishmaniosis, en un porcentaje muy grande, son los pobres entre los pobres”, por lo que demanda la puesta en marcha de un plan de protección contra esta enfermedad a nivel mundial para que las inversoras se aseguren de que habrá compradores. - Efe