donostia- El convenio prematrimonio ya existió en la antigua Roma y entre el pueblo judío, y nuestro renovado derecho civil vasco también lo contempla. “Es una herramienta muy útil y conocida en nuestros lares por las cláusulas, leoninas que se ponen los actores y actrices de Hollywood antes de casarse en caso de divorciarse. “No dejan puntada sin hilo. Estipulan al milímetro lo que será para cada uno/a tras la disolución del vínculo matrimonial”, explica.

¿A quién recomienda el convenio?

-Creo que todas las parejas antes de casarse tendrían que acordar, en caso de que las cosas no les vayan bien y se divorcien, l o que les correspondería a cada uno. De esto modo no se darían los conflictos tan virulentos que vemos en los despachos.

¿Quién lo realiza?

-Un abogado o un mediador. Yo apuesto por que sea un abogado/mediador; una persona que sepa negociar eso porque no deja de ser un contrato.

¿Cada vez más parejas recurren a él o todavía es poco demandado?

-Empieza a ser conocido. Es una medida optativa, pero toda la vida he estado demandando esta alternativa porque los matrimonios no dejan de ser un contrato y estos hay que hacerlos a cara perro. Por mucho amor romántico que exista en la pareja al principio nunca sabes lo que puede ocurrir en la vida; la relación puede ser maravillosa o todo lo contrario.

Por eso recomienda a las parejas antes de casarse que se sienten y discutan sobre esta opción.

-Sí. Porque las relaciones personales se pueden terminar, pero las patrimoniales -que son las que generan más conflictos duros y larguísimos- no finalizan.

Pero los divorcios de mutuo acuerdo tienden a generalizarse, ¿no?

-Sí. Pero el problema vuelve a ser los temas patrimoniales. Si es un divorcio donde no hay muchos bienes gananciales es bastante fácil regularlo; en el caso contrario será complicadísimo. Además, ahora, en el derecho civil vasco se contemplan otras opciones. Quien tiene la custodia de los hijos/as ya no se queda con la casa familiar; si se halla en una situación de necesidad tendrá el plazo de dos años para solucionar sus problemas. Creo que a partir de otoño viviremos una etapa de juicios de familia conflictivos.