LAS mujeres somos como la vida misma. Pero resulta que lo malo suele ser más noticiable que lo importante y positivo. De modo que vende más una noticia sobre maltrato, violación, asesinato que las cada día más abundantes informaciones de acciones positivas de las mujeres y con las mujeres. Éste es el caso de los premios 2016 que la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia (AED) concederá el martes en el hotel Carlton de Bilbao a cuatro mujeres, auténticas timoneles en sus empresas, así como a la compañía Fuchosa por su labor de implantación de políticas y estrategias de igualdad y conciliación en la empresa en un sector como el industrial. El acto aglutinará a más de 300 personalidades del tejido económico y social vizcaino. “El premio AED busca sensibilizar al tejido empresarial y a la opinión pública sobre la necesidad de alcanzar la integración de las mujeres en las organizaciones como condición básica para un entorno económico y social sostenible, al tiempo que ayudar a hacer visible la labor que desarrollan las empresarias y directivas en Bizkaia y las empresas que cuentan con mujeres en sus puestos directivos”, explica a DEIA, Carolina Pérez de Toledo que, además de ser socia y directiva para el País Vasco y la Zona Norte del Estado de Training Express Group, consultoría líder en proporcionar formación en idiomas presencial y virtual (sistema web 2.0) a empresas en más de 50 países, es la presidenta de AED.
Una vasca entre las 10 mejores directivas de España en el TOP 100
Inés destaca por su impresionante carrera profesional, directora de los Servicios Jurídicos de Ingeteam, figura como una de las 10 mejores directivas de España en 2015 en el top 100 mujeres líderes; un prestigioso ranking que selecciona a las mujeres más influyentes y que busca trazar el mapa de talento femenino. “Soy la única vasca y para este año también estoy nominada”, dice con sano orgullo indisimulado. Pero los galardones no terminan ahí. En 2013 recibió el prestigioso premio internacional de la abogacía Iberian Lawyer 40 under 40, y en 2014 el Premio René Cassin de Derechos Humanos que otorga el Gobierno Vasco por su actividad en favor de la paz. A Inés le gusta liderar y eso se le nota. “Ya de muy niña no jugaba a ser princesa, sino a ser comandante”. Le encanta su trabajo, pero también otras disciplinas más alejadas del mundo de los negocios como la música, el canto, la astronomía o la arquitectura, que ponen en evidencia su curiosidad intelectual.
Ser premiada por AED es para Inés un privilegio que lleva aparejado una responsabilidad, porque “ser mujer en un puesto directivo en un mundo de hombres supone una oportunidad, y también la responsabilidad de liderar un cambio desde dentro de la empresa. Tras recibir este reconocimiento me siento, además, en cierto modo representante de las mujeres directivas vascas, que no suelen estar presentes en este tipo de listas a nivel estatal”, relata Inés, madre de tres niños de 9, 6 y 3 años con los que intenta pasar el mayor tiempo posible. “Es un verdadero reto llegar al máximo de mi potencial en lo profesional, pero siendo a la vez una buena madre, esposa e hija. Para ello tengo el apoyo de mi marido, que también es directivo de empresa , y de mi madre, sin cuya ayuda sería imposible seguir este ritmo”, reconoce. “Puedo conciliar gracias a estas dos personas y lo diré en el premio. Porque es imprescindible para poder progresar, si quieres alcanzar cualquier puesto directivo, elegir bien a la pareja. Él me apoya y me anima en todo. Trabaja en el día a día familiar conmigo codo con codo, si no sería una rémora insoportable. La verdad es que en este sentido entre las mujeres que hemos tenido éxito en el mundo masculino hay dos denominadores comunes: el poder del ejemplo; una madre fuerte, y haber elegido bien la pareja. Porque el mundo empresarial es muy agresivo y muy masculino”, recalca.
“Yo saco las garras cuando veo que es necesario y suele ser a menudo, porque ellos también lo hacen. El entorno en el que trabajo no es nada fácil para una mujer, existe mucha presión y mucha responsabilidad a echarnos sobre los hombros; es muy complicado. Por eso, premios como el de AED te animan a seguir por el mismo camino, porque nadie es profeta en su tierra”, remacha.
“Son mundos muy competitivos y duros para las mujeres”
La empresa vasca Dynakin, ubicada en el Parque Tecnológico de Bizkaia, está especializada en la investigación biofarmacéutica bajo contrato, así como a la optimización del proceso de desarrollo de medicamentos. El destacado aumento experimentado por la investigación en el sector biotecnológico ha llevado al desarrollo de nuevas terapias y medicamentos cada vez más eficientes y seguros para la salud de los pacientes. La empresa vizcaina ha contribuido a dar un paso adelante en esta evolución médica con una plataforma virtual capaz de averiguar la dosis de fármaco adecuada para cada paciente.
El proyecto se puso en marcha en 2004 cuando Nerea Leal y Mónica Rodríguez fundaron esta spin-off, mientras cumplían su periodo de doctorado en la Facultad de Farmacia de la UPV/EHU de Leioa.
Fue entonces cuando ambas investigadoras vieron la posibilidad de crear la empresa, aprovechando para ello el apoyo de la incubadora empresarial Biogune y su amplio bagaje universitario. “Nos dimos cuenta de que las investigaciones que realizábamos en los laboratorios tenían demanda en empresas y que podíamos aprovechar este nuevo nicho de mercado”, explica Nerea, una de las socias fundadoras de Dynakin. “Nuestra actividad se dirige a optimizar el proceso del desarrollo de un fármaco mediante los servicios ofrecidos a través de nuestro laboratorio, acreditado con una certificación de calidad (GLP), y el uso de novedosas herramientas matemáticas”, añaden.
Desde los inicios fueron conscientes de que el entorno en el que se iban a mover era muchísimo más complicado para las mujeres que para los hombres. “Tienes que tener mucha fuerza de voluntad y, sobre todo, creer en la viabilidad de tu proyecto, porque en biotecnología una empresa no se consolida en 5 años; hemos tenido un periodo largo y complicado con muchísimas horas restadas a nuestra vida familiar, pero lo hemos conseguido”, subraya Nerea, madre de dos hijos y Mónica de una hija. “Cuando éramos más jóvenes explica Nerea sonriente -acaban de entrar en los 40- el hecho de ser mujeres nos complicó bastante el trabajo; aún hoy nos movemos en un mundo masculinizado. Tenemos que demostrar el doble que ellos”, reconocen.
Nerea y Mónica han conseguido salir airosas de la crisis. “Nos pilló en pleno proceso de internacionalización y empezamos a tener clientes extranjeros que ya la habían superado”. En su empresa trabajan 23 personas, el 80% son mujeres. “Además apostamos por la conciliación. De hecho, mucha gente trabaja desde casa; en algunos puestos la flexibilidad es más complicada, pero en los departamentos de consultoría y ensayos clínicos es muy factible. Un 25% de la plantilla trabaja desde casa el cien por cien”.
Coinciden con Inés en que para alcanzar puestos de responsabilidad es imprescindible elegir “bien a las parejas. Muchas mujeres en su entorno familiar también tienen que dar demasiadas explicaciones y la valoración del trabajo que haces por parte del entorno laboral es clave para el éxito de la empresa”, subrayan.
“El camino a la igualdad va más lento de lo que mi generación pensó”
Pertenece a la primera promoción de la Escuela de Turismo de la Universidad de Deusto. Cuando terminó sus estudios en la Universidad de Deusto pasó casi dos años entre Francia y Gran Bretaña, estudiando y trabajando. Su primer trabajo lo realizó primero como azafata y posteriormente como intérprete en el Festival de Cortometrajes de Bilbao, junto con otras compañeras de la Universidad. “No lo debimos hacer mal, ya que empezaron a solicitarnos trabajos desde diversas empresas y entidades”, dice sonriente Matilde. En 1975 fundó la empresa TISA, Traductores e Intérpretes S.A. A principios de los años 90, fundó otra empresa, TISA Congresos S.L. Tienen oficinas en los 3 territorios de la Comunidad Vasca: Bilbao, Donostia y Vitoria-Gasteiz.
Matilde Elexpuru ha sido hasta hace poco más de un año, y durante más de una década, presidenta de AED, en la que continúa colaborando activamente por su compromiso por la igualdad de la mujer y por el mejor desarrollo “de nuestras empresas”. “Por eso me hace mucha ilusión que este año me hayan otorgado el premio”, apunta sonriente. al tiempo que reconoce que seguirá trabajando por desterrar completamente los mitos, trabas y recelos que siguen vigentes en nuestra sociedad.
Muestra su contrariedad porque el avance hacia la igualdad “va mucho más lento de lo que pensaba. Seguimos teniendo que demostrar el doble que ellos y cuando te equivocas, el error nos suele salir bastante caro. Sobre todo si trabajas en un mundo masculinizado te señalan con el dedo”. Para Matilde, las propias mujeres son las que deben de tener “más atrevimiento y aguante para seguir contra viento y marea”.
“Nuestro comité de dirección en paritario
La empresa ubicada en Atxondo cuenta con cerca de 220 trabajadores/as. Con más del 40% de cuota del mercado europeo de horquillas para frenos de automación, se encuentra entre los tres principales proveedores y es líder del mercado del continente en este segmento.
Fuchosa inició las políticas de igualdad por la que ha sido distinguida por AED hace más de una década. Actualmente el 21% de su plantilla son mujeres, si bien su comité de dirección es paritario, una mujer es responsable de la gerencia, y los puestos técnicos clave de dirección de ingeniería, jefa de producción y dirección de calidad están ocupados por mujeres.
En Fuchosa existe una política igualitaria y de conciliación que aspira a la mayor disponibilidad y optimización de los recursos disponibles, en base al talento y a la capacidad de las personas: formación, potenciación del talento y capacidades de las personas al margen del género, la edad o el origen. Desde Recursos Humanos se promueven medidas para adaptar el horario o los turnos siempre que sea posible y se acogen a ellas hombres y mujeres a los que se les facilita flexibilidad horaria dentro de los límites que impone una actividad industrial de 3 ó 5 turnos. “Se aplican por convicción y no por obligación”, subrayan desde Fuchosa, al tiempo que orgullosos pueden decir que “en nuestra empresa se ha roto el Techo de Cristal. Nos remitimos a los cargos directivos sustentados por mujeres”.
Bien está que reconocer el talento femenino sea noticia.