Bilbao - La cautela se apoderó ayer de las versiones oficiales sobre la suspensión de la conferencia que Mario Iceta tenía previsto pronunciar hoy sobre las conclusiones del Sínodo de la Familia en la Universidad Pública de Granada. Aunque la publicación Religión digital informó de que el arzobispo de Granada había vetado la intervención de Iceta, el Obispado de Bilbao negó ayer este extremo y precisó “que no existe ningún problema personal entre los dos prelados, y que fue el propio Iceta el que decidió no acudir” a la charla Conclusiones sinodales ante los desafíos contemporáneos de la familia, que pertenecía al Seminario de Estudios J. H. Newman.
Según el Obispado de Bilbao, “antes de asistir al seminario de la universidad, Iceta telefoneó al arzobispo Javier Martínez para hacerle saber de su presencia en Granada y éste le manifestó que mantenía serios desacuerdos con el seminario”, se explicó ayer sin aclarar cuáles son los motivos de ese desencuentro. Desde el Obispado se recalcó que la suspensión se debe, por tanto, “a esas desavenencias del arzobispado, y no a ninguna cuestión personal” entre los dos mandatarios eclesiales.
Asimismo aseguraron no entender a qué se debe que el anuncio de la charla se mantuviera colgada en la web del arzobispado hasta el martes cuando Iceta excusó su presencia hace tres semanas.
Por su parte, en la web del Arzobispado de Granada se hablaba ayer de “desconvocatoria de la ponencia” y se hacía hincapié en “la comunión plena entre monseñor Javier Martínez y monseñor Mario Iceta”. Asimismo la Curia granadina quitaba hierro a la suspensión, asegurando que “el obispo de Bilbao puede venir a Granada siempre que quiera y para lo que quiera”.
Sin plácet Todo ello a pesar de que, a juicio de la publicación digital, Iceta no ha podido pronunciar la charla porque no obtuvo el plácet de Martínez. Al parecer, en el escrito enviado por el seminario a sus socios, se afirma que “cuando un obispo va a otra diócesis es normal que éste anuncie su visita y pida el plácet al obispo, aunque la visita sea para una actividad universitaria”. Una actividad doblemente significativa ya que Iceta es presidente de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal y, uno de los tres representantes de la Conferencia Episcopal en el último Sínodo de la Familia.
Incluso constatando la prudencia con que ambas diócesis abordaban ayer este asunto, se presume que en la suspensión de la conferencia podría haber mar de fondo.
Ayer algunos se hacían eco de que la decisión tenía que ver con enemistades personales relacionadas con el pasado común de ambos en Córdoba. No hay que olvidar que en 1995, Martínez fue destinado a Córdoba e Iceta también fue vicario general en dicha diócesis. Otras fuentes señalan, sin embargo, que se trata únicamente de “una más” del todavía arzobispo de Granada, en la picota desde su discutible actuación en el caso Romanones, una presunta trama de abusos sexuales en su Iglesia.
Es bien conocido además que el arzobispo de Granada ha pasado toda su carrera episcopal envuelto en algún tipo de escándalo público. Así, en 2007 se convirtió en el primer obispo que se sentaba en un banquillo acusado de coacciones y amenazas a Francisco Javier Martínez Medina, que fue canónigo de la Catedral de Granada, al que quiso prohibir la publicación de un libro.
Un año antes ya había saltado al ruedo mediático al defender el uso del cilicio con una carta dirigida a un periódico. Homilías polémicas también han situado a Monseñor Martínez en el ojo del huracán. Todo ello por no hablar de que recientemente volvió a ser objeto de innumerables criticas al publicar en España, a través de la editorial Nuevo Inicio, dependiente del Arzobispado, el ensayo Cásate y se sumisa, de la periodista italiana Constanza Miriano.