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Laín García Calvo: “Ante los momentos de desafío, los que piensan en positivo siguen adelante”

El exnadador de la selección española entrena ahora los “músculos emocionales” después de conocer, por ejemplo, la experiencia vital de billonarios en Las Vegas

Laín García Calvo: “Ante los momentos de desafío, los que piensan en positivo siguen adelante”

Bilbao - Éxito, progreso, talento, felicidad, optimismo... Son palabras que componen el mensaje de Laín García Calvo, que ha sido campeón de España de natación e integrante de la selección estatal. Ahora, ya fuera de las piscinas, es un reconocido coach que recalará en Bilbao el próximo mes de enero para hacer mostrar las técnicas que emplea para plantarle cara a la vida con un par... de sonrisas.

¿Quién necesita un ‘coach’?

-Un coach no trabaja un trauma ni una patología. Yo, básicamente, me identifico con la palabra coach porque viene de entrenador, una persona que saca el potencial que tú tienes dormido. Hay un mecanismo en nuestra mente que cuando tú estás más o menos a un 20% te dice que ya no puedes más, pero no es real. Me he dedicado a buscar ese punto de quiebra en nuestra mente. El campeón olímpico y el de España entrenan igual, pero uno saca mejores resultados que otro. Lo que hacemos los coaches es buscar ese punto de quiebra en la mente que hace que liberes esos recursos internos que tienes escondidos y que forman parte de ese mecanismo de la mente que busca la supervivencia. Así que a un 20% te dice que no puedes más. Se trata de un tema psicológico, por eso siempre digo que el éxito es 90% psicología y 10% técnica. Es mucho más importante la psicología que aplicas que el método que usas. Por mucho que entrenes como el campeón olímpico no tendrás los mismos resultados, cambia lo que no vemos: cómo gestiona la presión, cómo toma las decisiones en cada momento... El talento es más psicológico que físico, que técnico.

O sea, la mente se entrena.

-Cien por cien. Igual que tú entrenas tu músculo, los músculos emocionales, de poder lograr algo, de certidumbre también se entrenan. Hay muchas personas que están entrenadas en emociones negativas; alguien no entra en un estado de depresión de la noche a la mañana, lleva mucho tiempo trabajando ciertos estados emocionales que llevan a esa situación. Del mismo modo, se entrenan los estados de poder. El pensamiento positivo no es la solución, pero sí el primer paso. Ante los momentos de desafío, los que piensan en positivo siguen adelante y los pesimistas se retraen.

El ‘coaching’ se está implantando mucho en el terreno laboral, ¿no?

-Yo siempre les digo a empresarios y emprendedores que lo que hay que cambiar primero es la persona. Los negocios son una extensión de la identidad de la persona. Antes pensaba que el coaching era para gente que estaba mal, hasta que me fui a ver a mis mentores norteamericanos. Uno de ellos fue Tony Robbins, que ha sido entrenador de Oprah Winfrey, Anthony Hopkins, Hugh Jackman... Y me di cuenta de que a la mayoría de la gente que trabaja en el coaching ya les va bien y lo que quieren es mejorar. Quieren liberar ese 80% de potencial que tenemos dormido. La gente que tiene éxito busca tener más. Todos hemos tenido una relación increíble que se estanca y se va esa felicidad, porque has dejado de progresar. Lo mismo pasa en los negocios: tú puedes tener un negocio millonario pero si no estás progresando te sientes estancado y dejas de ser feliz. Entonces entendí que la felicidad equivale a progreso.

¿Qué técnicas utiliza?

-Lo primero que hay que hacer es saber qué es lo que quieres. A la mayoría de la gente que le pregunto eso, no lo sabe. Nadie nos ha enseñado a hacer eso, ni en el colegio, ni en la universidad... Me he dado cuenta de que la vida de las personas no tiene nada que ver con su potencial verdadero sino con las expectativas del entorno, somos lo que nuestro entorno ha esperado de nosotros, más que lo que nosotros hemos querido. En función de las expectativas de nuestros padres, amigos, profesores... empezamos a tomar decisiones para agradarles. Una de las cosas que enseño es el liderazgo personal: aprender a decidir e identificar lo que nosotros queremos. Una persona es líder no cuando tiene más seguidores sino cuando vive la vida en sus términos.

¿Cómo se ha formado usted?

-He aprendido de personas que ya tenían el grado de resultados que yo buscaba. He tenido la gran suerte de participar del deporte de alto rendimiento y de poder entrenar y dormir con deportistas de élite. He podido conocer a Michael Phelps, un tío superhumilde; he entrenado con David Meca, he conocido a Mireia Belmonte... Luego, me he formado con multimillonarios, que al final son personas que tienen resultados en la empresa. Este verano he estado en Las Vegas con seis billonarios... Necesito personas de referencia. El conocimiento no es toda la solución, porque si no, con Internet nos bastaría.

¿Qué es la técnica del ‘firewalking’?

-El camina por el fuego es una técnica de empoderamiento que usan mis mentores norteamericanos. Para poder vencer los miedos, que es lo que nos limita en la vida, la única manera de poder enfrentarte a ello es aprender a gestionar las emociones y enfocarte en la solución, si te fijas en el problema, este se expande y si te centras en la solución, tu cerebro crea ideas para poder resolverlo. Eso se aprende a través de la experiencia y por eso se hace la técnica de caminar por el fuego: enfrento a la gente a un desafío y les enseño las técnicas de gestión emocional. Las tienen que aplicar ante unas brasas de 500 grados. Sabemos que no se van a quemar porque hay una ley física que dice que no vas a quemarte. Pero aun así, te impacta emocionalmente y es un reflejo de lo que nos pasa en la vida. Lo único que te impide progresar es el miedo y este puede tener muchas caras.