Bilbao - Barakaldokoa naiz eta, daukat paro obrero... Ahora que Oskorri se ha bajado de las tablas dejando como legado la banda sonora de una vida, Euskaldun berrien balada es por aclamación popular un himno para miles de personas que se han acercado al euskera en la edad adulta. Y el mano a mano Natxo de Felipe-Fermin Muguruza (euskaldunberri declarado) es su versión más celebrada. Pero esto no va de música, va de euskaldunberris, la figura a la que el jueves se rendirá homenaje en el Día Internacional del Euskera. Hoy en día esta palabra está invariablemente asociada a un euskaltegi moderno. Pero hace treinta años las cosas eran distintas tras décadas de clandestinidad. No había títulos, ni subvenciones, no había una enseñanza reglada, el profesorado aún estaba aprendiendo el oficio... Lo que sí había era toda una generación que deseaba aprender y sentirse plenamente euskaldun por encima de cualquier dificultad, lingüística o social.
Desde entonces ha llovido mucho. Y a esa generación le han seguido otras. Algunas personas se han quedado por el camino pero han dado la oportunidad a sus hijos de aprender euskera en la escuela; otras lograron dominar el idioma y pueden vivir en euskera como opción, o por convicción. La casuística es variada, tanto como personas. Pero hay un dato cierto. En los últimos treinta años el euskera ha ganado 300.000 hablantes, garantizando así su supervivencia. Y ello, en parte, ha sido gracias a las personas euskaldunberris. El Gobierno vasco, diputaciones y ayuntamientos presentaron ayer en el Archivo Histórico de Euskadi (Bilbao) la declaración institucional del Día Internacional del Euskera y fueron una sola voz para agradecer y reconocer ese esfuerzo. “Gracias por ser el latido del euskera”.
El viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika, resumió en una sola frase el contenido del manifiesto que ayer leyeron la diputada de Euskera, Cultura y Deporte de Araba, Igone Martínez de Luna; la diputada de Euskera y Cultura de Bizkaia, Lorea Bilbao; el director general de Igualdad Lingüística de la Diputación de Gipuzkoa, Mikel Irizar; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; la concejal de Cultura, Euskera y Educación de Donostia, Miren Azkarate; el concejal de Euskera de Gasteiz, Iñaki Prusilla, y el responsable del área de Euskera de Eudel, Mikel Pagola.
Los euskaldunberris son “un modelo a seguir por ser un ejemplo tanto para las personas vascohablantes como para quienes no lo son” y por suponer “una garantía para la supervivencia de la lengua vasca”, dijo Baztarrika. Para que ese homenaje no se ciña a un solo día, todos los municipios de la geografía vasca bautizarán un lugar con el nombre de Euskaldun Berria. El Gobierno vasco llamará así el salón de actos de Lakua y la Diputación de Bizkaia hará lo propio con la fuente que hay frente a la Biblioteca Foral. Próximamente, cada localidad irá revelando la ubicación elegida para que Euskaldun Berria comparta espacio con Gran Vía, Boulevard, Cuchillería, Kale Nagusia... Además, el jueves se han organizado multitud de actos a lo largo y ancho de Euskal Herria y el evento central tendrá lugar en Tabakalera (Donostia).
Eso será el jueves. Ayer fue el día del manifiesto. La declaración institucional subraya el proceso de revitalización del euskera que “a pesar de las vicisitudes, es la historia de un éxito en la CAV, un proceso social ejemplar y altamente valorado en todo el mundo”. “El euskera ha avanzado gracias al esfuerzo de toda una sociedad, ha sido éste un crecimiento funcional y geográfico, pero también demográfico, que obedece, entre otras muchas, a dos razones principales: por una parte, la educación, y, por otra, la euskaldunización de las personas adultas”, afirma.
Tras señalar que se trata de un proceso “cimentado en la libre elección lingüística de miles de ciudadanos como una elección individual y propia o como una opción pensada para sus hijos”, en el texto se destaca que “este es el motivo” por el que se ha centrado la celebración en las personas que consideran “el modelo a seguir: los euskaldunberris, en especial aquellos que han adquirido el euskera siendo adultos, sin olvidar a los padres y madres que han posibilitado un futuro en euskera para sus hijos”.