Bilbao - ¿Por qué la mayoría de las especies se subdividen en macho y hembra? La división en dos sexos no es algo característico de los seres humanos, ni tampoco algunos de los problemas sociales que estos suelen ocasionar. Juan Carranza es catedrático en Zoología en la Universidad de Córdoba, concretamente especialista en el comportamiento animal. Tras muchos años estudiando la materia, estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado.

A día de hoy el sexo es la opción reproductiva más extendida entre las diferentes especies de animales. ¿A qué se debe?

-A la posibilidad de realizar un intercambio genético. El sexo o el intercambio genético apareció hace al menos unos 3.000 millones de años, poco después que la vida en la Tierra. Después, durante su perfeccionamiento, surgieron las dos estrategias sexuales opuestas: la figura del macho y la de la hembra.

¿Por qué la selección sexual ha optado por separar los miembros de la misma especie en dos sexos?

-Cada uno de los sexos se especializa en una función concreta de la reproducción. En el momento que hay esa posibilidad de intercambio genético lo que prima en la selección natural es hacer cuantas copias pueda de su ADN. Una vez hay seres que se dedican a aportar los nutrientes necesarios para el desarrollo de un nuevo organismo aparece la posibilidad para otros de meter su ADN en todos los sitios para hacer muchas copias. Es decir, aquellos que priorizan producir pocos gametos pero grandes -hembra- y los que producen muchos gametos pero pequeños y sin nutrientes -macho-. Es un proceso de selección disruptiva, donde ambas estrategias salen beneficiadas.

¿En qué se traduce esta división en dos sexos?

-Para empezar, hay un dimorfismo sexual que afecta a todo. Lo más evidente es la forma, el tamaño o los colores. Eso se ve sobre todo en las aves paraíso o en los ciervos. En el caso de los humanos el dimorfismo no es tan notorio, pero también lo hay, como el tamaño o el vello.

¿Y en lo que no es tan evidente?

-Por una parte el comportamiento: un macho y una hembra no actúan de la misma manera ante una determinada situación. También su funcionamiento, porque hombres y mujeres no crecen de la misma manera ni a las mismas edades. Por ejemplo, la maduración sexual en las mujeres se produce a una edad más temprana que en los hombres, porque estos, generalmente, tienen que crecer y desarrollarse más. Crecimiento y maduración sexual son temas biológicamente antagónicos.

¿En qué más?

-Otra cosa curiosa es que las hembras en la mayoría de las especies tienden a vivir más tiempo. Cuando el éxito reproductivo del macho está ligado a la dominancia frente a otros machos, este tiene que ir más al límite y arriesgarse más, lo que supone vivir menos años. Este mayor riesgo y los accidentes y muertes asociados a ello se ve, en caso de los humanos, claramente durante la adolescencia. También es remarcable que los machos demandan más nutrientes, tanto en el útero como durante el resto de su crecimiento.

¿Qué ventajas posee el sistema de reproducción sexual frente al asexual?

-Por una parte, a nivel genético, tener dos copias es mejor que solo una, sobre todo a la hora de corregir los defectos o mutaciones que puede tener una de las copias. Por otra, el hecho de reproducirse sexualmente hace que las crías no sean todas iguales, ya que la mezcla genética da lugar a combinaciones prácticamente infinitas. Eso es bueno para combatir a los patógenos y a los parásitos, por ejemplo, puesto que éstos se adaptan a explotar a un tipo de individuo particular, no a todos. Hay grandísimas diferencias entre los individuos de una misma especie aunque lleven prácticamente los mismos genes.

En definitiva, somos más que diferentes.

-Así es. Por eso la igualdad entre sexos tiene que significar igualdad de derechos y oportunidades, pero no igualdad en todo. Al fin y al cabo, estamos diseñados de modos muy distintos.