Iruñea - La titular del Juzgado de Menores acordó ayer el internamiento en régimen cerrado por un periodo de 6 meses, prorrogables por otros 3 meses, de los dos adolescentes detenidos por la Policía Foral en relación con la muerte del joven tafallés Roberto Requena Hita. La magistrada, que tiene en cuenta “la alarma social generada”, considera que los hechos podrían ser constitutivos de un delito de homicidio al existir indicios de que ambos chicos propinaron “varios golpes” a la víctima que hicieron que cayera al suelo e impactara “fuertemente” la cabeza contra el pavimento, lo que le causó el fallecimiento horas después.
La medida cautelar, que puede ser recurrida, fue adoptada ayer por la jueza a instancias de la Fiscalía de Menores, tras escuchar las valoraciones de la propia fiscal, de los letrados de los menores, del equipo técnico y del representante del propio centro de menores sobre la conveniencia de la misma. El centro en el que ayer mismo ingresaron los dos jóvenes es el Centro Educativo Aranguren, situado en Ilundain y dedicado al cumplimiento de medidas judiciales de menores de edad.
Gestionado desde el año pasado por la Asociación Educativa Berriztu adscrito al Instituto Navarro para la Familia e Igualdad, los menores deberán someterse en él al programa educativo que se elabore para las circunstancias concretas de su caso, el cual deberá ser comunicado al juzgado en un plazo máximo de cinco días. Además desde el centro se deberá informar periódicamente sobre su evolución general mediante la elaboración de un informe quincenal que será remitido del mismo modo al juzgado y a la Fiscalía de Menores.
Según se desprende de la investigación llevada a cabo por la Policía Foral, los hechos se iniciaron sobre las 20.00 horas del lunes en el interior de la Casa de la Juventud de Tafalla, donde chicas de etnia gitana, hermanas de cada uno de los dos detenidos, comenzaron a dar patadas a una máquina expendedora de comestibles y refrescos. Dicha actitud fue reprobada por una amiga de Roberto Requena, a la que empezaron a insultar, por lo que el joven intervino para defenderla. La discusión motivó que los tres menores salieran al exterior hacia un callejón próximo a la calle Mayor, donde se produjo una pelea en la que, según consta en los autos dictados ayer por la juez, los dos detenidos propinaron “varios golpes” a la víctima que provocaron su caída. Ello hizo que su cabeza impactara “fuertemente con el pavimento”, sobre el que “quedó inconsciente como consecuencia de las graves lesiones que ello le causó y le provocaron la muerte unas horas después”. En este sentido, según fuentes cercanas al caso y a la vista de los resultados de la autopsia, el fallecimiento del joven se habría producido como consecuencia del traumatismo craneal sufrido al golpearse contra el suelo.
La medida cautelar adoptada ayer por la jueza de Menores, consistente en el internamiento en régimen cerrado por un periodo de seis meses, prorrogable por otros tres meses, implica que los dos chicos no podrá abandonar el centro de Ilundain bajo ninguna circunstancia, hasta que se acuerde lo contrario. La previsión es que el juicio por la muerte de Roberto Requena se celebre dentro del periodo de internamiento inicial, aunque la situación de los menores podría cambiar en cualquier momento si así lo aconsejan los educadores o el desenlace de la investigación que desarrolla la Policía Foral.
Funerales y concentración
Mientras tantos, cientos de personas en compañeros y amigos de la víctima abarrotaron ayer la iglesia de Santa María de Tafalla para despedir a Roberto Requena y arropar a su familia. Precisamente, el padre de Roberto, Joaquín, colgó ayer en su Facebook un escueto pero sentido mensaje en nombre suyo y de su mujer: “Gracias querida Tafalla, mi hijo estaría muy contento. Un abrazo mío y de Yolanda”.
Previamente, con semblante serio y visiblemente apesadumbrados, sus compañeros volvieron a concentrarse en señal de duelo. Juan Camilo Galindo, alumno de primero de Grado Medio de Instalaciones Eléctricas y Automáticas del CIP Tafalla, donde estudiaba el chaval, fue el encargado de leer un comunicado en nombre del centro. Tras reiterar sus condolencias y mostrar su solidaridad a la familia, amigos y comunidad educativa en general, los jóvenes reflexionaron sobre el significado de la palabra violencia. “Es rabia, dolor, ira y siempre desemboca en sufrimiento”, subrayaron. “Nosotros no elegimos la violencia, ha venido de la manera más inesperada y nos envuelve el sentimiento del dolor que recorre todo tu cuerpo hasta llegar al corazón” relataron, poniéndose en la piel del fallecido. En la misma línea confesaron que “lo fácil es escuchar lo que ha pasado, dar media vuelta, y seguir con la vida que llevábamos hasta ahora” aunque “con este tipo de comportamiento conseguimos que la violencia siga paseándose libremente por nuestro entorno “advirtieron. En definitiva, “la violencia es pura injusticia”, resumieron. Aunque vencidos por el abatimiento, los alumnos no faltaron al instituto e invirtieron las primeras horas de clase en trabajar valores de convivencia y diseñar pancartas contra la violencia. Además crearon una hucha, a partir de una caja de cartón, para que todo aquel que quisiera pudiera colaborar en la compra de un ramo de flores.