bilbao - La muerte de Javier Ibarretxe conmocionó ayer al mundo cultural vasco. El cineasta y productor bilbaino fallecía con solo 52 años de edad en el hospital de Basurto, víctima de las complicaciones de un cáncer de hígado.

Javier formaba parte, como lo describió su amigo, Alex de la Iglesia, "de la mitología del celuloide vasco". De los diez hermanos Ibarretxe, cuatro se dedican al cine: Javier era el productor, José Miguel y Esteban directores y guionistas y Santiago, el músico. Podía parecer una casualidad, pero todos ellos compartieron el arte desde niños y lo ejercían como profesión.

Javier Ibarretxe nació en 1961 en Bilbao. Se matriculó en el Taller de Imagen de Getxo donde comenzó a realizar cortometrajes. Pasó de ser alumno a impartir clases en la misma escuela. Años más tarde, dirigió junto con sus hermanos, Esteban y Miguel Angel la serie de televisión Las memorias de Karpo Vantas y en 1996 coprodujo su primer largometraje, Sólo se muere dos veces. Desde entonces, ha realizado numerosas producciones cinematográficas con la productora Armonika Entertainment, creada con sus hermanos. En 2005, produjo 7:35 de la mañana, el cortometraje de Nacho Vigalondo nominado al Oscar. También volvió a producir a Nacho Vigalondo su primer largometraje, Los cronocrímenes. Ibarretxe firmó Aballay, el hombre sin miedo, Sabotaje o Las acacias. Su último trabajo, junto con sus inseparables hermanos, fue Un mundo casi perfecto "Yo creo que en el fondo a todo el mundo le gustaría dedicarse al cine porque al fin y al cabo es escribir vidas que no son la tuya hacer realidad aventuras que nunca podrán tener", confesaba. - DEIA