lAS líneas que marcan el paso de los años en su rostro revelan a una mujer luchadora y trabajadora. Selma Huxley (Londres, 1927) es hoy, a sus 87 años, una investigadora de relieve internacional en la historia marítima de Euskadi y Canadá. Por ello, ayer recibió la distinción Lagun Onari, una de las más altas que concede el Ejecutivo vasco, de manos del lehendakari Iñigo Urkullu en Lehendakaritza. Un merecido premio a una carrera dedicada a la divulgación histórica y cultural de lo vasco en el extranjero. En el acto Selma estuvo acompañada de sus hijos, Michael y Serena Barkham, y un grupo de amigos y familiares, además de contar con la presencia de Lorraine Choquette, agregada política y de comunicación de la embajada de Canadá en Madrid.
La distinción la ha recibido, en palabras de su hijo, Michael Barkham, también historiador, "con mucho placer porque ha dedicado toda su vida a escribir una página de la historia vasca que se desconocía".
Selma Huxley conoció Euskadi de la mano de su marido, Brian Barkham, un arquitecto amante del País Vasco que realizó una tesis sobre los caseríos euskaldunes. Pero la vida de esta historiadora dio un giro cuando quedó viuda a los 37 años con cuatro hijos menores de 10. Era 1964. Fue entonces cuando comenzó a trabajar para Sitios Históricos Nacionales, hasta que finalmente en 1972 se mudó a Oñati, donde comenzó a realizar sus investigaciones sin apoyo institucional. "Mi madre recuerda con mucho cariño los años que pasó aquí, le gusta mucho esta tierra. Pasamos aquí veinte años y tenemos muy buenos amigos", apunta Michael. A la falta de apoyo institucional se unió el hecho de ser mujer. "La historia de la arqueología ha estado muy dominada por hombres. Que fuese una mujer la que apuntase dónde están los balleneros vascos fue complicado", añade su hijo. A pesar de los obstáculos, el trabajo de Huxley comenzó a dar sus frutos y descubrió numerosa documentación que le permitió reconstruir la historia de la pesca de la ballena por vascos en Canadá. A través de esos documentos narró la historia de las pesquerías vascas de bacalao y ballenas en Terranova y halló los documentos civiles originales más antiguos de Canadá: una venta de chalupas (1572) y dos testamentos (1577 y 1584).
Uno de sus logros destacados fue el descubrimiento en 1977 de la nao San Juan, una nave del siglo XVI de Pasaia que se hundió en la Bahía de Red Bay. "Ella demostró que en el siglo XVI había una industria ballenera en Canadá", resalta Michael. Por todo ello el año pasado Selma recibió la Medalla de Oro del Aquarium de Donostia. Su trabajo fue reconocido también cuando Red Bay fue nombrado ese mismo año Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En palabras de su hijo, Selma empezó "por una pasión, persiguiendo un sueño". "Pero de casta le viene al galgo", dice Michael. Y es que Selma es hija de Michael Huxley, el fundador-editor de la revista Geographical Magazine, cuyos primos incluían el escritor Aldous Huxley y su hermano el biólogo sir Julian Huxley, primer director general de la Unesco.
Entrega
"Selma Huxley es mucho más que una gran amiga del País Vasco; constituye un ejemplo de cariño y entrega a una historia y tradición que ha hecho suyas. La distinción de Lagun Onari pretende reconocer esta dedicación y esfuerzo", señaló ayer durante el acto el lehendakari. Su hijo Michael la define como "una mujer comprometida que ha intentado inspirar a más gente a trabajar en estos campos. Es una mujer muy activa, como una etxeko andre que ha levantado sola su casa y ha tenido que ser fuerte ante los golpes de la vida".
A pesar de llevar unos años retirada de la investigación, Selma Huxley no descarta que se descubra más documentación que aporte nuevos datos históricos. "Hay muchas cosas que descubrir e investigar, y sobre todo divulgar, porque muchos datos los conocen los científicos pero no el pueblo", explica Michael, "por eso hace falta que todo esto se divulgue para que sea parte del patrimonio cultural de la gente".