David Ríos, mejor coctelero del mundo, con su "Ponche de oro vasco"

Bilbao. Es difícil encontrar a alguien más radiante en Bizkaia que David Ríos, recientemente elegido mejor coctelero del mundo en la Diageo World Class Competition, los Oscar del mundo de la mixología. Pero de la sensación de felicidad que desprenden sus palabras, también se intuye la presión de quien ha sido nombrado el mejor en su trabajo. "Por un lado, siento una felicidad y un orgullo increíble por lo que hemos logrado", cuenta David, que reconoce la "gran responsabilidad y el vértigo" que su premio conlleva. "Pero, bueno, somos de Bilbao, así que lo torearemos", dice orgulloso y bromista el propietario del Café Kobuk ubicado en Barakaldo.

No es fácil triunfar en la Diageo World Class, que este año tuvo lugar en el crucero Azamara Journey, que partió de Niza el 4 de julio llegando a Barcelona el miércoles tras pasar por lugares como Ibiza y Montecarlo. Es una prueba en la que la elegancia y los buenos modales deben acompañar a los talentos de los barmana la hora de mezclar y elaborar los cócteles. La valoración no se limita al sabor del mismo sino también al cuidado y a la coreografía que los maestros despliegan, muchos de los cuales acuden año a año a este evento de gran importancia dentro del gremio. "Entre nosotros tenemos muy buen rollo, hay mucha camaradería, nos intercambiamos productos, alabanzas, nos regalamos cosas... Pero hay una competencia brutal porque este premio es lo máximo que hay en el mundillo. No hay ningún otro que se le asemeje", apostilla David sobre la relación que guarda con sus compañeros de profesión.

'Ponche de oro vasco'

Así, sobre las mesas del casino del Azamara Journey, el bilbaino deslumbró al jurado del evento con su Ponche de Oro Vasco, influenciado por un ponche que los vascos de la diáspora continúan produciendo todavía por California en un ejercicio de búsqueda de su tradición y raíces. "Mi inspiración vino de ahí, aunque nunca se puede copiar un cóctel", comenta David, mientras recuerda a su amigo Jon Sáez, que le dio la idea. El Ponche de Oro Vasco, que contiene whisky, anís, zumo de piña, soda y un poco de azúcar y granadina, conquistó el paladar de James Thompson, director general mundial de Diageo Reserve, quien calificó al barman vizcaino como "innovador, creativo y, sobre todo, un apasionado de su oficio".

David asegura que "el premio cambia tu vida radicalmente, yo ya lo estoy notando", expresa tras un día agotador en el que se le agolpan las solicitudes de entrevistas. "Esto va a ser algo para toda mi vida", declara en un tono sereno y convencido. Quizás ese aplomo que desprende David se explica cuando se hace un repaso a su historial. Es el de alguien que ha peleado y ascendido hasta alcanzar una meta tan gratificante como la que el bilbaino alcanzó este miércoles en la antigua plaza de toros de La Monumental, en Barcelona, donde se celebró la final. "Lógicamente, tienes que tener conocimientos, pero yo siempre he sido autodidacta. Lo único que hice fue un cursillo de coctelería cuando tenía 19 o 20 años. Es una cuestión practicar, entrenar y trabajar en ello", detalla David, que recuerda también su paso por el restaurante Mugaritz como sumiller, o los lugares donde actuó como maitre. Tambiéntuvo sus propios negocios hasta llegar a poseer el Café Kobuk, situado en la calle Santa Águeda en Barakaldo.

Pero no solo esta localidad de Ezkerraldea disfrutará de los placeres que David sirve en forma de cóctel, ya que muy pronto abrirá otro local en Bilbao. "Si no hubiera sido por la World Class, posiblemente estaría ya abierto pero lo hemos tenido que retrasar", apunta David, que pretende que el nuevo establecimiento, que se llamará The Jigger Cocktail, esté abierto a mediados de agosto. "Queremos hacer coctelería, que sea un lugar donde la gente esté muy a gusto, donde se prime la calidad a la cantidad", finaliza David.