Bilbao
Una compañera le llama la wikipedia de la teta y ella acepta el mote con orgullo. "Después de nueve años de dar el pecho, algo me merezco", bromea Kata Legarra, una matrona que predica con el ejemplo las bondades de la lactancia, pero no a toda costa. "Lo que no puede ser es que el tema acabe con la salud de la madre, porque hay algunas que quieren darle teta, pero están destrozadas. Las lactancias hay que disfrutarlas", defiende.
Los beneficios de amamantar al bebé están más que claros, pero casi nadie habla de las dificultades. La principal, en opinión de esta matrona, es la falta de información. "Un profesional sanitario te dice que coges mucho al crío, otro que le tienes que dar cada tres horas, otro que a demanda... Si cada uno te dice una cosa, tu lactancia se va a ir al garete. Ese es el problema que hay hoy en día", asegura y subraya la necesidad de unificar criterios e impartir cursos de lactancia en hospitales y centros de salud.
Tratar de promover la lactancia a cualquier precio, sin tener en cuenta el estado anímico de la madre o si esta, por ejemplo, tiene grietas en el pecho, puede provocar el efecto contrario. "Cuando un profesional está bien informado, lo último que va a hacer es estresar a una madre, porque si esta tiene cualquier problema y encima la estresas, esa lactancia se va a la porra", advierte. Algunas, incluso, se sienten culpables. "Parece como que te tienes que poner un cartel diciendo: lo he dejado porque tenía grietas o no tenía suficiente leche, pero ¿a quién le debemos explicaciones? Lo he dejado porque no podía más o porque yo lo he decidido y ya está. Hay madres que lo pasan supermal. Yo les subo el ánimo echando virutas".
Cuánto tiempo hay que poner al bebé al pecho y si es bueno cogerle mucho en brazos son las primeras dudas que surgen. Kata las despeja con desparpajo. "Los críos nacen para estar con las madres, no en cunas de metacrilato, y al principio necesitan teta todas las horas del mundo. Eso es así, nos guste o no". Por eso, cuando una madre se muere de sueño le recomienda "probar a dormir con el bebé" y no hacer caso a las amamas que aconsejan cogerles poco para que no se acostumbren. "Si traemos niños al mundo es para poderlos criar a gusto, en el regazo de la madre".
El siguiente peldaño, finiquitada la baja maternal, es compatibilizar la lactancia con el trabajo. "Las madres refieren que es complicado. Yo he trabajado a turnos, mañana, tarde y noche, y he estado sacándome leche 19 meses. Siempre hay un momento. Otra cosa es que suponga un sobreesfuerzo o el pediatra te diga que el crío ya tiene que comer otras cosas y quieras destetarle, pero todos los mamíferos se destetan mucho más tarde de los seis meses. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna mínimo seis meses y máximo hasta que la madre o el bebé decidan". Ella y sus dos hijos no tuvieron ninguna prisa, pese al qué dirán. "¿Hago mal a alguien? No. ¿Se levanta alguien a la noche para atender a mis hijos? No. Entonces, lo que diga la gente no me importa", zanja.