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El acusado de violar a una chica en Noja asegura que las relaciones fueron consentidas

Fiscalía y acusación particular mantienen las peticiones de condena de ocho y diez años de cárcel, respectivamente

SANTANDER. El joven acusado de violar a una chica en abril de 2009 en Noja ha negado los hechos y ha asegurado que las relaciones sexuales que mantuvo esa noche con la demandante fueron consentidas. "No hay derecho a lo que me han hecho, es todo mentira, durante estos tres años no he podido ni estudiar, ni hacer una vida normal, ni dormir por las noches", afirmó llorando el procesado durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia.

La joven, entonces menor de edad, mantiene que la forzó y que aunque intentó resistirse no lo consiguió porque no pudo con su fuerza y se quedó "en estado de shock".

Las amigas con las que salió aquella noche relataron, a preguntas de la defensa, que en el mismo hospital donde la llevaron para ser explorada, la joven les dijo que con el dinero que sacara al acusado se irían a Ibiza o una discoteca a Barcelona, algo que ésta negó, pero que también aseguraron haber oído por terceras personas otros testigos de la defensa, todos ellos de Baracaldo, al igual que el acusado y la demandante.

Esos mismos testigos declararon que en noviembre de 2011, en la fiesta de Halloowen, coincidieron con la joven sin saberlo en una discoteca y ésta llamó a la policía. Aseguran que cuando los agentes se dirigieron al procesado para que abandonara el lugar porque estaba incumpliendo la orden de alejamiento, la joven estaba "en la acera de enfrente partiéndose de risa".

Los psicólogos del equipo de intervención judicial de Baracaldo, que exploraron a la chica dos meses y unos días después de los hechos, explicaron que el resultado de las dos pruebas psicológicas que la realizaron determinan que su testimonio es "creíble" -la opción más clara de las que aportan las pruebas- y que su estado era "coherente" con su relato de los hechos.

Por su parte, los forenses que exploraron a la joven en el hospital y posteriormente a petición del juez instructor explicaron que presentaba "una erosión propia de un coito, sin desgarros, laceraciones o hemorragias que sugiriesen una violencia considerable", por lo que no hay "evidencia" de que la relación haya sido "forzada".

Así, explicaron que los resultados de la exploración, en la que encontraron "una sustancia compatible con esperma en la vagina", no permiten determinar si la relación fue consentida o no. "No hay elementos de los que se desprenda que el acceso sexual fue violento", insistieron.

PETICIONES DE CONDENA

Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular mantienen las peticiones iniciales de ocho y diez años de cárcel, respectivamente, si bien debido a un "error" detectado en el informe forense respecto a los días en que tardó en reponerse de los daños físicos (siete días) y psicológicos (90 días en lugar de los 234 señalados inicialmente), han rebajado la petición de indemnización de 25.000 a 21.000 euros.

Pese a las "contradicciones y lagunas", fruto del "tiempo transcurrido", el fiscal considera que la versión de la víctima es "creíble" y que en "lo básico y sustancial", los hechos ocurrieron de acuerdo con su relato.

Por su parte, la defensa, que pide la libre absolución del procesado, ha hecho hincapié en las "variaciones" entre las versiones ofrecidas por la "supuesta víctima" ante la policía, en el juzgado de Santoña y ahora en el juicio, y en las "contradicciones" entre éstas y las de sus amigas, y la acusa de "mentir" con un fin "lucrativo y de venganza".

La acusación particular entiende por su parte que la versión del procesado "no es creíble" y que "hay numerosas pruebas que ratifican que la relación no fue consentida". Asimismo, "duda mucho" de que su defendida se haya "metido en este embolado únicamente por dinero, cuando sabe que probablemente jamás cobrará un euro" porque el acusado, estudiante, "no dispone de ningún bien y se ha declarado insolvente".

LAS VERSIONES

Los hechos ocurrieron en la Semana Santa de 2009, cuando tanto la joven y sus amigas como el procesado y otros conocidos de Baracaldo estaban de fin de semana en Noja. El acusado explicó que se encontraron en un bar, que ella estaba "mareada y no quería que la viera la gente" y que le pidió que la sacara de allí.

El acusado explicó que caminaron para que "la diera el aire y estuviera tranquila" y acabaron en un callejón oscuro donde había matorrales y un sillón en el que se sentaron, hablaron y empezaron a acariciarse. "No sé quién empezó pero fueron caricias mutuas", puntualizó.

Sin embargo, la joven sostiene que salió del bar donde se encontró con el acusado porque estaba "angustiada" debido a que no lograba contactar por teléfono con una persona, que él se ofreció a acompañarla y que decidieron ir a una urbanización cercana a encontrarse con unos amigos comunes.

Añadió que cuando llegaron al callejón, ella quiso marcharse pensando que se habían confundido pero él insistió en que se quedara, la obligó a sentarse en la butaca, empezó a acariciarla para tranquilizarla. La joven asegura que el acusado la agarró la cara, se abalanzó sobre ella y la desnudó de cintura para abajo, que intentó impedirlo y que sintió "un dolor tremendo".