Los voluntarios y responsables que participaron en la organización del Nafarroa Oinez de este año aún están digeriendo las más que posibles pérdidas económicas. "Los ingresos por patrocinio se han reducido un 60-80% respecto a otras ediciones, las aportaciones de ayuntamientos han bajado un 50% y la venta de material, un 60%", afirmaba la directora de la ikastola San Fermín, Pilar Vicente, quien añadió que el perjuicio "ha sido considerable en las previsiones de avituallamiento". El objetivo de la fiesta era construir un nuevo edificio de Secundaria para hacer frente al incremento del alumnado. "Ahora hay que analizar los datos y ver qué hacemos. Pero el edificio es imprescindible, necesitamos seis aulas". El balance económico del Oinez es negativo y la ikastola teme que haya pérdidas. La venta de material también fue víctima de la contención del gasto. "Los ingresos fueron muy bajos y los costes fijos aumentaron debido a las medidas especiales adoptadas por la lluvia", explicó Vicente y añadió que "sobraron doce mil panes y mucho producto perecedero y bebidas. Parte lo reutilizaremos en la ikastola y otra parte la venderemos o donaremos a colectivos".