Bilbao. La segunda edición del Camp Tecnológico se está desarrollando en diversas sedes de Euskadi, así como en Madrid y Barcelona, con amplia aceptación y un elevado nivel entre los chavales llamados a ser futuros consumidores y desarrolladores tecnológicos. Cerca de mil niños y adolescentes han pasado o pasarán a lo largo del verano por los diferentes talleres de las ocho sedes que se han puesto en marcha este año tras el éxito y la demanda generada por el campamento realizado en el Parque Tecnológico de Bizkaia en 2011.

Y es que desde julio el Camp Tecnológico que Jesús Ángel Bravo impulsó para acercar a los niños a las nuevas tecnologías, se está impartiendo en el Centro Btek y en la Universidad de Deusto (en Bilbao), el Colegio Carmelitas de Gasteiz, la Ikastola Axular y el Politécnico Easo en Donostia, el CEIN de Iruñea, la Universidad La Salle de Barcelona y el Centro Montestudio de Madrid. El campamento, que tendrá continuidad durante la última semana de agosto y la primera de septiembre en cinco de las ocho sedes, también ha reforzado las áreas iniciales de robótica y videojuegos, con la de creación de aplicaciones para móviles.

La iniciativa, inspirada en un modelo formativo con mucho éxito en Estados Unidos, permite que niños y niñas entre 8 y 16 años tengan la oportunidad de construir en talleres semanales sus propios robots, videojuegos y aplicaciones y programarlos en función de sus propios intereses, con una serie de retos fijados por los monitores y que deben cumplir diariamente. Al finalizar el campamento los chavales presentan sus trabajos a su padres y a sus compañeros y organizan competiciones.

En estos campamentos, además del valor educativo y del contacto precoz con las nuevas tecnologías, se promocionan otros valores como el desarrollo de habilidades en trabajo en equipo, el compañerismo, la innovación y la creatividad. Se trata, por tanto, de una innovadora iniciativa, que pretende fomentar de una forma divertida las vocaciones científicas y tecnológicas de los adolescentes durante sus vacaciones.

Jesús Ángel Bravo -fundador de las empresas Softec y Strelia y promotor de los Camp- explica que con los estos campamentos los chavales descubren que además de ser consumidores digitales en su vida diaria "pueden empezar a ser constructores digitales y quién sabe si estamos despertando futuras vocaciones empresariales".