Bilbao. Dicen que es el mayor experto en restos óseos infantiles del Estado, pero él prefiere presentarse como profesor de Antropología de la Universidad Autónoma de Madrid. Tras las últimas exhumaciones por presunto robo de bebés llevadas a cabo en Euskadi, Armando González Martín expone sus conocimientos sin ánimo de "criticar" el trabajo de los forenses.
¿Cuánto tiempo tarda en descomponerse el cuerpo de un bebé?
Depende de las condiciones ambientales. En Euskadi hay una gran humedad y la humedad perjudica la preservación de los restos, particularmente de los restos de los niños más pequeños.
¿Qué diferencias hay entre los huesos infantiles y los de un adulto?
El hueso adulto es mucho más estable, más cristalizado, con una composición y una estructura diferentes porque cumple funciones diferentes. Un bebé no necesita sus huesos para sostenerse.
Entonces, enterrados en las mismas condiciones, los huesos de un adulto resistirían más el paso del tiempo que los de un niño.
Sí. En arqueología, que es el campo en el que yo trabajo, siempre que buscamos una colección encontramos que hay menos bebés de los que esperábamos, partiendo de las condiciones de mortalidad habitual en las poblaciones antiguas. Pensamos que se trata de un problema de preservación diferencial.
Si todas las condiciones fueran adversas, ¿en cuántos años desaparecerían todos los restos?
No puedo dar una cifra porque no tengo evidencias experimentales y las evidencias que vamos buscando las buscamos en otras especies porque los humanos no somos un material de investigación.
¿Cómo influye el hecho de que el bebé fallecido sea prematuro?
Un esqueleto, cuanto más pequeño sea, menor resistencia tiene al paso del tiempo. Las cosas pequeñas siempre tienen mucha superficie y poco volumen. Como la parte con la que contactan con el medio ambiente es con su superficie, resulta que el medio ambiente les afecta proporcionalmente más.
¿Qué otros factores pueden afectar a la conservación de los restos?
El tiempo pasado después del nacimiento. No es lo mismo que un bebé haya nacido muerto o haya muerto justo después de nacer a que haya vivido unas horas y se haya alimentado, porque eso significa que se ha empezado a formar su flora intestinal. Si no se ha alimentado, no tiene ninguna bacteria intestinal que provoque su descomposición desde dentro. La descomposición se provocaría solo desde fuera.
O sea, que un bebé con unas horas de vida se descompondría antes que uno fallecido nada más nacer.
Claro. Ahí hay una variable a la que no sé si se le puede seguir la pista con los historiales médicos. Tal vez pueda ayudar a ilustrar estos casos.
¿Qué otros factores aceleran la desaparición de los huesos?
La acidez del suelo. Cualquier medio ácido, por muy duro que sea el tejido esquelético, hace desaparecer los huesos, incluso los de los adultos. Medios ácidos y condiciones en las que la tierra se haya estado empapando y secando durante periodos distintos perjudican la preservación. Hay cementerios antiguos en zonas muy ácidas en los que si encontramos algo, es algún resto de alguna corona dental, porque el esmalte dental es el tejido más duro del cuerpo. Esos gérmenes dentales a la edad de un bebé son muy pequeños y requieren un trabajo de campo muy detallado porque si no, se nos pueden escapar.
¿Mezclados con la tierra?
Para encontrar esas cosas hay que ir a pincel y mirar todos los sedimentos bajo una lupa binocular. Hay que mirar las piedrecitas una por una porque seguramente entre ellas tendremos algún fragmentito de alguno de los gérmenes dentales.
También influirá en la preservación de los restos el hecho de que estén bajo tierra o en un panteón.
No es lo mismo un enterramiento en una caja o dentro de algún tipo de recipiente que un enterramiento directamente en una fosa en la tierra porque las velocidades de descomposición de esos restos pueden ser muy diferentes. Si hay aire, se puede dar un tipo de descomposición aerobio mucho más rápido y agresivo y en tierra eso puede estar ralentizado en función de cuál sea la composición de esa tierra, las dimensiones del grano... Hay infinidad de variables que están implicadas y no tenemos determinado cuál es el peso de cada una por separado ni somos capaces de cuantificar exactamente en tiempo el efecto de cada una de esas variables.
El caso de supuesto robo de bebé más reciente es de los años 90. ¿Qué restos deberían quedar?
Todos si las condiciones son buenas y ninguno si van en contra. La humedad, que es una cosa típica de esa tierra, actúa siempre en contra. Hay muchas sustancias que son solubles en agua, por lo que cuanto más húmedo sea el terreno, menos cosas nos van a quedar. Si las condiciones van todas a favor de la mala preservación, no haría falta una gran cantidad de años.
¿Y podría no quedar ni rastro del esqueleto a simple vista?
Podría no quedar un rastro macroscópico, algo que podamos apreciar directamente y decir: aquí tenemos un fragmento del hueso.
¿Y si se mirara exhaustivamente?
Mirando cada fragmentito del sedimento habría la posibilidad de encontrar algo.
¿Es factible que haya habido enterrado un bebé en un féretro aparentemente vacío?
Eso está demostrado. En arqueología hay algún trabajo de campo. Lo que se aprecia, dentro del mismo cementerio, es que hay una serie de recipientes cerámicos que tienen un bebé dentro y otros que están vacíos. Cuando se hace un análisis cuantitativo de estos enterramientos, se llega a la conclusión de que aquellos recipientes que están vacíos debieron contener en su momento un bebé porque la frecuencia de los grupos de edad, tal y como pensamos que se da la mortalidad antigua, coincide mejor con el número de cerámicas que con el número de restos que se han encontrado. Eso está publicado.
Entonces, ante la ausencia de restos visibles, para afirmar sin ningún género de dudas que no hubo nadie enterrado, habría que hacer un estudio muy exhaustivo.
Sí o habría que tener otro tipo de evidencias de tipo indirecto, porque en principio la aparición de determinados útiles quirúrgicos debería estar relacionada con la existencia de un cadáver, a no ser que alguien hubiera puesto allí ese tipo de evidencias intentando confundir a quien pudiera encontrarlas, pero eso no cabe en principio en un escenario arqueológico. Si hay un tratamiento funerario es porque hay un cadáver. Así que la hipótesis es que hubo un cadáver, habría que confirmarla o desmentirla.
En una de las exhumaciones se encontraron larvas de insectos que suelen intervenir en la descomposición de los cadáveres.
Hay verdaderos especialistas en determinar, sobre todo, cuál ha sido la data de la muerte teniendo en cuenta las especies de insectos. Si hay unas larvas o restos de unas larvas es un indicio de que ahí había algo. Si no hubiera absolutamente nada, no habría mucho sentido en haber encontrado esos puparios.
También se han hallado pinzas de cordón umbilical, una pulsera de identificación y un paño. ¿Cree que se podrá extraer ADN?
El ADN, como cualquier otro tejido biológico, cuando queda enterrado durante un tiempo es registro fósil y ese registro, por definición, es incompleto, pero siempre hay una posibilidad teórica de encontrarlo.
Hay afectados que tienen depositadas sus esperanzas de esclarecer sus casos en las exhumaciones.
Quien esté preocupado por saber qué ha pasado de verdad tal vez obtenga por medio de una exhumación las evidencias.
¿Tal vez?
En estas situaciones que tienen esta carga humana tan fuerte, no es positivo generar falsas expectativas.
¿Habrá casos en los que será imposible determinar si su bebé estuvo o no enterrado allí?
Creo que con buena técnica, mucha paciencia y precisión, la exhumación acabaría dando un resultado: ha habido algo o no ha habido nada. Puede contribuir a aclarar estas cuestiones, pero estamos delante de un material muy particular por esas condiciones y esa composición concreta de los restos de los bebés. Hay que hilar muy fino.