Bilbao. Haciendo real la máxima de que nada de lo que es humano le es ajeno, Garbiñe Biurrun, presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), bien conocida por su entrega a variadas causas sociales, apoyó hace dos años a la ONG para el Desarrollo Anesvad cuando entró en el recién creado consejo asesor de la entidad, en la que también participan, entre otros, Mikel Burzako, ex director de Cooperación y Relaciones Exteriores del Gobierno vasco, Jorge Alvar, investigador y ex responsable de leishmaniasis de la Organización Mundial de la Salud, y Javier Laorden, ex vocal del Consejo General del Poder Judicial.
Este asesoramiento forma parte de las medidas emprendidas por la Fundación Anesvad para imprimir un nuevo rumbo a la organización, tras la escandalosa detención en 2007 de su fundador y entonces presidente, José Luis Gamarra, acusado por la fiscal de apropiarse de 7,5 millones de euros de la ONGD con sede en Bilbao. Aún se espera que el Audiencia de Bizkaia fije fecha para el juicio contra Gamarra y dos colaboradores.
¿Por qué aceptó la invitación para sumarse al Consejo Asesor de Anesvad?
Hasta 2009 nunca había tenido vinculación a ninguna ONG para el Desarrollo, aunque sí a otro tipo de organizaciones sociales. Me llegó una propuesta de Anesvad en el momento en que se proponía tener un consejo asesor con una fuerte implicación social, con personas que pueden trasladar ciertas inquietudes sociales. Constituimos un organismo muy pegado al terreno, con gente variada y muy interesante. Dije que sí aunque tenía dudas de verme en una organización de la que desconocía prácticamente todo. Pero no creo que haya que ser una persona muy técnica para estar ahí, aunque sí una persona realmente preocupada, socialmente inquieta y dispuesta a dedicar un poquito de su tiempo. Dedicar tiempo a este tipo de iniciativas creo que, más que voluntario, es una obligación social de los ciudadanos que no tenemos problemas.
¿En qué consiste la labor del consejo asesor?
Está permanentemente informado de la marcha de Anesvad, tanto de los proyectos que está desarrollando en otros lugares, sobre el terreno, como de la propia marcha de la organización como tal, de su estructura económica y del impacto económico de los proyectos. El consejo asesor también puede sugerir nuevas líneas de actuación. Asesoramos sobre los proyectos y si pensamos que son útiles y viables.
¿Qué cree que ha aportado usted a Anesvad?
También yo me hago esa pregunta. En el consejo asesor hay personas que conocen las organizaciones para el desarrollo y el terreno, y los que tienen conocimientos técnicos y científicos importantes, como médicos. Aunque estoy lejos de esos conocimientos, creo que he podido aportar lo que cualquier persona, ni más ni menos; simplemente mis ideas como ciudadana sobre los proyectos interesantes y distintos que está abordando Anesvad.
¿Le ha sorprendido algo de Anesvad, ahora que está dentro?
Me ha sorprendido lo bien organizada que está. También sus extraordinarios profesionales, que han hecho una gran trabajo y que están labrando un gran futuro para la organización. Asimismo me ha sorprendido gratamente que la prioridad de Anesvad es la respuesta a las enfermedades tropicales desatendidas. Aborda también la lucha contra la trata de seres humanos en lugares muy pobres. Lo importante es que todas estas actuaciones las hace contando directamente con la ciudadanía y los poderes de los lugares a los que se va. Mueve muy poco voluntariado, porque no es su objetivo, pero realiza trabajos concentrados sobre el terreno. Asiste a los pueblos con los que trabaja, para formar redes que les permitan generar una realidad en la que el derecho a la salud esté presente. Es más la idea de enseñar a pescar y poner la caña que colocar el pescado en el cesto.
¿Tuvo dudas a la hora de acercarse a Anesvad después de que saltara el escándalo por el supuesto desvío de fondos del anterior presidente?
No las tuve porque me pidieron que entrara en Anesvad al mismo tiempo que me ofrecían todas las explicaciones posibles. Se estaban produciendo unas investigaciones judiciales sobre los presuntos delitos, las personas presuntamente autoras ya no estaban en Anesvad, en aquel momento la organización tenía ya una nueva dirección que ha permitido una importante reorganización de la entidad y desde ese momento Anesvad ha continuado intervenida por una administración judicial. Finalmente, me consta que la auténtica voluntad de Anesvad es que aquello no se vuelva a repetir, a lo que se añade la personación de la ONGD en la propia causa penal como perjudicada. Todos esos hechos objetivos me tranquilizaron absolutamente y me llevaron a pensar que no había ningún problema en acercarse a Anesvad. El hecho de haber ocurrido lo que ocurrió no me produjo ningún problema y creo que, en estos momentos, Anesvad es una organización para el desarrollo de las más transparentes y limpias, a lo mejor como resultado de no haberlo sido en otro momento.
Una lástima que la demora de la investigación de la gestión del anterior director pueda lastrar la nueva etapa emprendida por Anesvad.
Es lo que tiene que la Justicia se dilate, en este caso no sé si debida o indebidamente. Lo que provocan los largos procesos penales a las personas enjuiciadas y, en este caso, a una organización como Anesvad es que no termine de poder ser olvidada en ese sentido por la ciudadanía. Las noticias negativas volverán a salir en los medios de comunicación, pero puedo asegurar que en Anesvad hay una absoluta normalidad como organización.
¿Hay un límite temporal para el consejo que asesora a Anesvad?
Supongo que habrá una transición hacia una fórmula de patronato, pero, por el momento, no hay un plazo fijado.
¿La veremos en el futuro como nuevo miembro del patronato de la organización?
No lo sé. Lo que me parece de interés en este momento es que Anesvad siga trabajando, porque la realidad de su misión es importante. Donde se pueda echar una mano y yo pueda echarla, yo la echaré. Mi compromiso con Anesvad es casi ilimitado.