El joven de 17 años que se presentó ayer en la Fiscalía de Menores de Gipuzkoa como presunto autor del asesinato de la vecina de Zarautz Amaia Azkue dijo que había decidido entregarse por arrepentimiento, si bien en su declaración no concretó importantes detalles sobre la muerte de la mujer.
Así lo han explicado a EFE fuentes del caso que consideran que algunos aspectos de la versión ofrecida por el joven -que hoy cumple 18 años-, según la cual fue recogido en autoestop por Azkue con quien posteriormente mantuvo una discusión, "casan muy mal" y se siguen investigando.
Las citadas fuentes aclaran que en su confesión el presunto asesino no precisó cómo se produjo la muerte, sino que se limitó a admitir que golpeó a su víctima y la mató, sin ofrecer más detalles.
Las fuentes han destacado también la "exhaustiva" investigación policial desarrollada por la Ertzaintza, que permitió establecer una serie de indicios muy concretos que ya apuntaban a la presunta autoría de este joven antes de que éste decidiera entregarse.
Las mencionadas fuentes han aclarado que las pruebas existentes contra este joven, un vecino de Azpeitia, "son de contenido científico y técnico" y "tarde o temprano" iban a permitir dar con él.
De hecho, el departamento vasco de Interior ha hecho público hoy un comunicado en el que desvela que el joven ya estaba siendo investigado y que ayer mismo, por la mañana, había sido citado en la comisaría de Azkoitia, adonde acudió en compañía de su padre y un abogado.
Tan sólo unas horas después de abandonar la sede policial, compareció voluntariamente en la Fiscalía para reconocer la autoría del crimen.
Instantes más tarde, agentes de la Ertzaintza registraron su domicilio de Azpeitia, donde localizaron nuevas evidencias que se añadieron a la investigación que se encuentra bajo secreto sumarial.
Fuentes del caso han desvelado a EFE que las pesquisas están ahora pendientes del resultado de unas pruebas para comparar el ADN del joven, quien ayer accedió a que se le tomaran muestras biológicas, con las encontradas en el lugar del crimen y si, como es previsible, ambas coinciden, el asunto quedará ya formalmente cerrado.
Tras prestar ayer declaración, el presunto asesino de Amaia Azkue ingresó en régimen cerrado en el centro de reforma de menores de Ibaiondo de Zumarraga por orden judicial.
La nota emitida por el departamento vasco de Interior revela que "el crimen se cometió a primera hora de la tarde del pasado 16 de marzo, cuando Amaia Azkue recogió al joven en su vehículo en Zarautz" para trasladarlo hasta Azpeitia.
Según esta versión, "durante el viaje el menor la habría amenazado", le sustrajo diversos enseres, incluidas tarjetas de crédito, y "posteriormente acabó con su vida golpeándola fuertemente en la cabeza".
Después "abandonó el cuerpo, maniatado, en el embalse de Ibai-Eder y trasladó el vehículo de la víctima hasta el aparcamiento de Loiola, donde lo abandonó".
La nota de Interior destaca la "especial intensidad" del esfuerzo realizado "para esclarecer el caso y detener al culpable, con una treintena de especialistas de investigación criminal volcados de manera permanente y apoyados por todo el conjunto de unidades de Gipuzkoa".
La Ertzaintza resalta asimismo la importancia de la colaboración ciudadana en este caso, ya que ha recibido numerosas llamadas con datos e información.
LOS HECHOS El inicio de los hechosse remonta al pasado 16 de marzo,cuando Amaia Azkue, casada y condos hijas, se tomó un café -comohacía habitualmente- por la mañanacon unas amigas en la cafeteríaErrota de Zarautz. Sobre las doce delmediodía, la zarauztarra se despidióde ellas y a continuación se fue a realizarunas compras a una frutería yuna zapatería próximas a la mencionadacafetería.
Tras realizar las compras en elmunicipio, Amaia Azkue se dirigióal Eroski de la localidad y sobre las13.00 horas de aquel fatídico 16 demarzo fue la última vez en la que sele vio con vida. A partir de estemomento, se le pierde por completola pista, si bien una cámara de seguridadde la autopista -en la salida deZarautz- graba a las 13.22 horas a unvarón a bordo delMegane gris familiaren el que se había desplazadoAmaia. En este punto, la víctima yahabía sido abordada por su agresor.
La siguiente pista que se tiene dela zarauztarra llega de forma macabraa las 17.20 horas de la tarde en elembalse azpeitiarra de Ibai-Eder.Esa esa hora cuando se descubre elcuerpo de Amaia flotando en lasaguas del pantano, con fuertes traumatismosen la cabeza y la cara yrotura del cráneo. El cuerpo de lajoven está atado de pies y manosmientras que en las inmediacionesse descubren varias vestimentas yuna pistola de balines. La violenciacon la que el asesino se había ensañadocon su víctima sorprende a losagentes de la Ertzaintza que sehacen cargo del caso y provoca estuporentre los familiares y allegadosde la madre de familia.
A partir de ese momento, las cuatrohoras que transcurren desde quese le vio con vida en el supermercadode Zarautz y hallazgo del cadáverse convierten en el objetivo de losprofesionales que llevan a cabo lainvestigación.La siguiente pista que se siguió fuela de los 300 euros que el presuntoasesino extrajo utilizando una tarjetabancaria de Amaia en la sucursalde la BBVA de Azpeitia el mismodía del crimen.
Apartir de ese momento, todas laspesquisas se centraron en encontrarel vehículo de la zarauztarra, elMegane gris familiar que fue grabadopor la cámara de la autopistasiendo conducido por un varón, yque finalmente fue encontrado elviernes en un parking próximo alsantuario de Loiola.
Fue precisamente ese viernes día18, dos días después del crimen,cuando el presunto asesinó protagonizóun intento frustrado de volvera sacar dinero con la tarjeta bancariade la asesinada. En esta ocasión,lo intentó, aunque sin éxito, enla sucursal de Kutxa de la callemayor de Zarautz. La Ertzaintza, enla tarde de ese viernes, montó unamplio operativo en el entorno deesa sucursal para tratar de dar cazaal asesino, sin conseguirlo.Apartirde ahí, la Policía vasca ha seguidonumerosas líneas de investigaciónhasta que ayer, a las 18.30 horas dela tarde, se entregaba un menor de17 años que confesó el brutal crimen.