Bilbao. La tasa de incidencia de la lepra desciende año tras año hasta los 230.000 nuevos casos detectados en el último informe de la Organización Mundial de la Salud, más de la mitad (133.000 exactamente) localizados en la India. Allí, sobre el terreno, y aquí, desde su despacho en la Fundación Anesvad, la vizcaina Catalina Etxebarri trabaja para coordinar esfuerzos con agentes políticos y sociales tanto internacionales como locales y erradicar esta enfermedad y el estigma que la acompaña.

¿Cuánta gente en el mundo padece lepra?

Hablamos de 230.000 nuevos casos anuales. Las cifras están descendiendo muchísimo en los últimos veinte años y el 54% de los nuevos casos se da en la India.

La pobreza y las desigualdades sociales siguen pasando factura a los más desfavorecidos...

Así es. La pobreza, el hacinamiento o la falta de higiene son las causas de esta enfermedad. Son las poblaciones más vulnerables las que pagan las consecuencias de poder contraer esta enfermedad.

Sin embargo, tengo entendido que existe un tratamiento gratuito que permite frenar el avance de esta enfermedad.

Desde el año 1985 más de 15 millones de personas se han curado porque existe un tratamiento combinado que cura la enfermedad y que es gratuito gracias a la fundación japonesa Sasakawa.

¿Y Naciones Unidas, la OMS o la FAO, que papel tienen?

Tienen políticas activas, programas y tienen personal especializado en materia de lepra. Los agentes de Naciones Unidas tienen fondos y recursos muy válidos, gente especializada? Aunque habría cosas que como todos podrían mejorar, lo que intentamos es colaborar desde distintas acciones. Se obtienen resultados cuando distintos actores implicados en una problemática colaboran.

Entonces, ¿qué es lo que hace falta para erradicarla?

Muchas veces, no se cura por falta de información en la detección de la enfermedad y de conocimiento. Muchas veces, es la ignorancia más que la falta de recursos económicos lo que lleva a que casos de lepra vayan degenerando.

¿Y ahí es donde inciden desde la Fundación Anesvad?

Desde 2005, tenemos el plan de acción de eliminación de la lepra y a través de este programa hemos conseguido sensibilizar en un año a dos millones de personas, entre ellos treinta y siete mil profesores. Informamos a la población sobre cuáles son los síntomas y cómo se puede autodetectar y detectar a los demás.

Una labor importante.

Cuando antes se detecta, antes se frena y haces que no sea degenerativa. Muchas veces la falta de conocimiento de las personas afectadas hace que degenere y cause deformidades y discapacidades.

Se refería antes a los recursos económicos. ¿Para ustedes sí serán esenciales para poder desarrollar sus programas?

Por supuesto. Y hay que agradecérselo a todos los que colaboran. En 2009, gracias a todos ellos, tres millones de euros fueron invertidos en la atención y prevención de estas enfermedades.

La gente que recibe su ayuda, ¿qué les dice?

Están muy agradecidas. Hay testimonios muy bonitos, que te llegan: Dicen que han vuelto a nacer.

¿Es posible un mundo mejor?

Por supuesto. La labor es titánica, pero se han hecho muchas cosas.