BILBAo. "Los terroristas son ETA, pero hay otro tipo de terrorismo que está en la calle, en la educación". Éste es parte del testimonio de Paloma Esteban, hija de Santiago, asesinado por ETA en el barrio madrileño de Vallecas en 1995.
Es una de las últimas voces colgadas por el Departamento de Educación esta semana en su página web www.eskolabakegune.euskadi.net.
Son relatos que transmiten sufrimiento y, en algunos casos, no exentos de cierto resentimiento. "Sólo pido justicia y que los asesinos de mi marido se pudran en la cárcel", cuenta Koro Arrieta, cuyo marido fue asesinado en Markina.
Celaá se ha fijado como leit motiv de su gestión para esta legislatura llevar a los centros escolares vascos las experiencias de estas víctimas -en la web aún no se pueden escuchar los testimonios de otros terrorismos como el GAL, Batallón Vasco Español, el franquismo...-. Estos tendrán que esperar.
Entre las voces que se escuchan en los vídeos se encuentran las de Sandra Carrasco, Pilar Zubiarrain, Iñaki Agirrezabala, José Antonio Rekondo, Maite Pagazaurtundua o Jesús Ramírez Castañedo, tanto víctimas directas como familiares de personas asesinadas por distintas organizaciones terroristas.
Las narraciones revelan el lado más doloroso de sus experiencias, algunas acontecidas hace 20 años, en los años ochenta y noventa, pero que cuentan con un contenido de gran carga emocional.
Sin embargo, algunos familiares destacan la importancia de seguir reclamado justicia, como es el caso de José Ignacio Ustaran Muela, hijo de José Ignacio Ustaran Ramírez, asesinado por ETA en Gasteiz el 29 de septiembre de 1980. Ustaran no entiende "cómo en un Estado de Derecho como en el que tenemos en este país", en el caso del asesinato de su padre no se ha hecho justicia por ningún lado.
Paloma Esteban, hija de Santiago Esteban, va más allá y pide directamente como pieza clave para que "esto se acabe" que las condenas por terrorismo se cumplan íntegras.
Según Educación, el objetivo de esta iniciativa, realizada sin contar con el profesorado, es "educar en valores éticos en las escuelas", como forma de contribuir a la reconciliación en este pueblo en el que -como dice Esteban-, "no se quiere a ETA, ni quiere estar en guerra, y donde sólo unos pocos jóvenes son los que se inclinan por las armas y la violencia".
El Departamento de Educación presentó el pasado jueves la web www.eskolabakegune.euskadi.net, en la que se recogen textos, vídeos y audios, material que los colegios podrán solicitar a la Consejería de Educación que dirige Isabel Celaá o visualizarlo directamente de internet. Ayer se incorporaron dos nuevos testimonios.
Para la recopilación de estos testimonios la consejera Isabel Celaá se ha valido de colectivos como Gesto por la Paz o la Fundación Buesa, organizaciones que desde la llegado de Patxi López al Gobierno vasco han venido presionándole para que llevará a las víctimas de ETA a las aulas de los alumnos vascos.
Con la puesta en marcha de este portal se pretende cubrir, en opinión de Celaá, una de las patas del reformulado plan de paz que establece la presencia de las víctimas indirectas del terrorismo.
Siempre que los centros así lo soliciten, estos afectados pueden acudir a las escuelas, colegios e ikastolas para contar de primera mano sus trágicas experiencias y las conclusiones a las que les han llegado, siempre enviando un mensaje vacío de intenciones negativas, y fomentando la reflexión tranquila, la conciliación y el respeto a la justicia y al Estado de Derecho. Los damnificados no estarán obligados a acudir a las aulas, pero los centros contarán con la libertad de proponer a Educación qué víctimas desean que ofrezcan su testimonio de manera presencial para las charlas de sensibilización.
Maixabel Lasa, que dirige la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo, ha seleccionando ya 14 los testimonios que se han recopilado respetando dichos requisitos y que han mostrado su disposición a involucrarse en esta iniciativa pedagógica.
Más de 18.000 alumnos de los centros educativos vascos entre los 13 y 16 años podrán contar lo largo de este curso con estos relatos.
"A mi marido, un hombre honrado, le mataron el 20 de mayo de 1985 cuando iba a trabajar. Ni era Guardia Civil, ni tampoco un chivato. Nos arruinaron la vida a mis hijas y a mí. Por eso, no perdonaré nunca a los asesinos de mi marido ni a los partidos políticos entidades eclesiales que les han apoyado durante años. Sólo quiero que los asesinos se pudran", cuenta en un acto de Gesto colgado en el vídeo para el alumnado vasco.