DONOSTIA. Los armadores del pesquero vizcaino "Motxo", encallado en la rasa mareal de Deba, estudiarán la posibilidad de desplazar los restos del barco para desguazarlo en un lugar que no se vea afectado por la influencia de las mareas.

Los armadores y las compañías aseguradoras se han reunido hoy en Donsotia con representantes de los ministerios de Fomento y Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), el departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, la dirección de Montes de la Diputación de Gipuzkoa y los ayuntamientos de Deba y Zumaia.

En esta reunión, los armadores han planteado que la única manera de retirar el pecio del lugar en el que está encallado desde el pasado 4 de noviembre es desguazarlo y trasladar los restos por tierra, ya que es imposible reflotar el barco, que se encuentra volcado.

Según ha informado la Delegación del Gobierno en el País Vasco, tras analizar la situación, las instituciones reunidas han acordado solicitar a los responsables del "Motxo" que estudien la viabilidad de desplazar el casco del barco para que el desguace se efectúe en un lugar que no esté afectado por las mareas.

De esta manera, los plazos de retirada de los restos se acortarían, ya que se podría trabajar durante toda la jornada y no sólo con la bajamar, como ocurriría si el desguace se efectúa en el lugar en el que se encuentra ahora el barco.

Los armadores disponían de un plazo de cinco días para presentar el informe sobre el método para retirar el buque del biotopo protegido y ahora contará con tres días más para analizar la viabilidad de desplazar el casco.

Mientras se despejan las incógnitas sobre cómo y dónde se desguazará el pesquero, las instituciones han acordado que lo prioritario es eliminar todos los elementos contaminantes y objetos que había en la nave, tras lo que se descontaminará el casco, según han precisado fuentes de los asistentes a la reunión.

El "Motxo" encalló frente a la costa de Deba, en plena rasa mareal del "flysch" que se extiende entre esta localidad y Zumaia, en la madrugada del 4 de noviembre, tras lo que una dispositivo de salvamento logró rescatar ilesos a sus nueve tripulantes.

Al día siguiente, cuando un remolcador intentaba reflotarlo, el buque volcó sobre las rocas y vertió sobre la rasa mareal más de 12 toneladas de gasóleo.