Donostia. El sacerdote y teólogo franciscano Joxe Arregi ha decidido colgar los hábitos y dejar la vida espiritual. Así lo hizo saber ayer por la tarde en una conversación mantenida con este diario. Arregi decide dejar el sacerdocio después de casi medio siglo dedicándose al mismo. El franciscano se encontraba ayer "desbordado" por la situación, dado que no quería hacer publica su decisión hasta pasar la Novena de Arantzazu, que comenzó ayer mismo.
Arregi no quiso revelar aún los motivos de su renuncia como hermano, si bien es cierto que aclaró que en los próximos días explicará cuáles son las razones que le han llevado a tomar tan drástica decisión. Arregi ha destacado en el último año por ser uno de los sacerdotes guipuzcoanos que más ha criticado la designación de José Ignacio Munilla como obispo de Donostia.
Sus diversas cartas en las que reprobaba este nombramiento llevaron a que a principios de 2010, pocos días después de que Munilla tomase el bastón de mando de la diócesis, el prelado emérito del territorio Juan María Uriarte le pidiera silencio durante nueve meses para evitar algún tipo de medida sancionadora "más dura" por parte del obispado tras alguna de sus declaraciones.
Arregi llegó a afirmar que durante su paso por Zumarraga como párroco, Munilla dejó olvidado en el ordenador de la parroquia una carpeta con el nombre de Mafia en la que había una lista de sacerdotes guipuzcoanos y sus adscripciones políticas, entre otros documentos.
"con los pobres" El franciscano acató la orden y dejó de publicar sus escritos e incluso dejó de dar sus sermones en el santuario de Arantzazu, donde por ahora, reside. En junio de este año, no obstante, denunció públicamente que el actual obispo exigió su destierro y pidió que fuese trasladado a "América a trabajar con los pobres", extremo que fue negado en repetidas ocasiones por el Obispado donostiarra.