Bilbao. Plenamente consciente de que Euskadi es conservadora en el sexo, Carlos Resa aboga por romper una lanza por su normalización y que la gente no se corte. Este organizador de espectáculos eróticos cree indispensable derribar algunas barreras psicológicas, "que cuando el vasco vaya a un sex-shop no mire hacia todos los lados para entrar o que para ir a un salón de este tipo no deba entrar en cuadrilla".
¿Por qué no ha tenido continuación el Salón Erótico Euskalsex?
El primer año (2007), se celebró en La Casilla pero el año siguiente sólo teníamos La Casilla en julio y agosto y el verano era un época muy mala. Queríamos organizarlo en marzo o abril pero sólo encontramos un pabellón en Megapark de Barakaldo. Era un pabellón de obra y nos dio muchos problemas. En 2009, lo intentamos varias veces en el BEC pero todo fueron negativas. En realidad no lo hemos vuelto a hacer por falta de ubicación. La empresa donde yo trabajo monta salones eróticos en Barcelona, Oporto, Lisboa, Andalucía... y en Bilbao hubiéramos repetido sin dudarlo si nos apareciera un pabellón que reuniese las características que buscamos.
¿El público vasco responde a este tipo de eventos?
Sí, fenomenal. El primer año respondió superbien y el segundo, bestial, hubo una locura de colas para entrar. El sexo nos gusta como a todos, vemos películas como todos y la gente va a los puticlubs como en todos los sitios. Otra cosa es que por nuestra forma de ser tan retraída no lo contemos, pero nos gusta como a todo bicho viviente.
Asistían hombres, sobre todo.
Sí, pero también muchas mujeres. Ese es un fenómeno que yo voy viendo en todos los salones. Las chicas se han liberado muchísimo en todos los sentidos y en este campo también. Luego, a la hora de subir a los escenarios, cuando los artistas piden gente, son superlanzadas.
Con Nacho Vidal, cualquiera sube.
Bueno, él realmente acudió en 2008 como artista invitado. No hizo ningún número, firmó autógrafos, saludó... Estuvo muy simpático.
Todo para echar por tierra la leyenda urbana de en Euskadi no se...
Yo creo que no es una cuestión de falta de ganas. Obedece al carácter, mas serio y más cortado que hace entrar menos a la gente.
Ahora lo que se estila son los formatos de porno por internet.
Internet es una maravilla en esto del porno porque es discreto para verlo y prácticamente el 80% lo puedes ver gratis. Pero eso nunca podría sustituir al vivo y al directo que, al final, es lo que quiere la gente.
Hasta el porno está de capa caída.
Es que el porno no es rentable. Ya nadie hace películas. Sólo nos queda montar números para discotecas o escenas para internet. Pero pretender sacar dinero de esas escenas a base de sms no es rentable. Nadie va a pagar. Las discotecas no contratan números porno por el tema de la crisis. Hace ya dos años o tres que este negocio se ha quedado parado. Yo he llegado a montar en Bizkaia cuatro números porno para toda la noche. Pero ahora nadie se lanza.