duisburgo. Al menos 18 personas murieron ayer en una avalancha humana durante la macrofiesta de música tecno Love Parade en la ciudad alemana de Duisburgo y unos 150 asistentes resultaron heridos, de acuerdo a cifras oficiales de la policía local. La tragedia se produjo en un túnel de acceso al descampado en el que se desarrollaba la fiesta principal del evento musical. A pesar del luctuoso incidente, los organizadores decidieron continuar la fiesta para evitar una reacción de pánico que pudiera empeorar la situación. Las víctimas fueron diez mujeres y seis hombres, que murieron en el lugar de la fiesta, y dos más a consecuencia de las graves heridas sufridas, indicaron las fuentes.

Según el canal de televisión local WDR a la fiesta asistían 1,4 millones de personas. El escenario principal, una antigua estación de trenes de carga, había sido delimitado por un vallado metálico para que la afluencia no sobrepasara el medio millón de personas.

El túnel fue "una verdadera trampa, por todos lados yacían cadáveres", comentó un testigo de la tragedia al canal N-tv. Media hora antes de la estampida, algunos asistentes llamaron a la policía advirtiendo que "la situación era insostenible y que podría producirse una tragedia", declaró Fabio, uno de los participantes. "Estaba en medio de la gente y la presión desde afuera, de los que querían entrar, aumentaba sin cesar", dijo.

Docenas de personas perdieron el conocimiento y tuvieron que ser reanimadas por los servicios de emergencia. Según las fuentes hubo más de 150 heridos. Helicópteros de rescate aterrizaron en una autopista cercana para atenderlos.

Tras el accidente, la organización abrió las salidas de emergencia del descampado. El comité de crisis de la ciudad de Duisburgo apoyó la decisión de no suspender la fiesta, "porque de lo contrario podría producirse un desastre mayor", dijo el portavoz municipal, Frank Kopatschek. La mayoría de la gente no se enteró de lo que estaba pasando porque la red de telefonía móvil quedó saturada, agregó el portavoz. La Love Parade es uno de los principales eventos de música electrónica del mundo, que se inició en Berlín en 1989, con la caída del Muro, hasta 2006, y luego comenzó a celebrarse en otras ciudades. Este año tocaba Duisburgo, en el oeste de Alemania.