Los leones más valientes de India
Chavales de dos escuelas de Anantapur juegan al fútbol con camisetas del Athletic y del Bizkaia BB
No es nada raro que fieros tigres se paseen por las selvas de India. Lo que no es tan normal es encontrarse leones. Pero leones rojiblancos, de esos que rugen detrás de una pelota y que defienden con garra sus colores. Manu Orozco, camarero del bilbaino Café Lepanto, ha hecho posible que un grupo de niños y niñas de la región de Anantapur, en India, puedan hacer deporte equipados con camisetas del Athletic de Bilbao y del Bizkaia Bilbao Basket.
Manu es un habitual por esas lejanas tierras. Este carismático camarero ha llevado a cabo varias iniciativas desde la cafetería donde trabaja para financiar proyectos de la Fundación Vicente Ferrer (FVF) en Anantapur, una de las regiones más pobres de India. Gracias a Manu y a las donaciones de clientes de este establecimiento, estos últimos años se ha formado un grupo de enfermeras rurales, se han construido diez viviendas adaptadas para discapacitados, se ha enseñado a 41 mujeres a manejar telares eléctricos y se ha levantado una escuelita a la que bautizaron como escuela Pedro Eguillor, en honor a la bilbaina plaza en la que se encuentra la cafetería desde donde Manu organiza todas sus recolectas de fondos. Una elegante y airosa placa, igual a las que identifican las calles de la villa, muestra orgullosa el nombre del centro. Fue una donación del propio Ayuntamiento de Bilbao.
Son precisamente los niños y niñas de esta escuela los que ahora atesoran estas camisetas. Manu partió la semana pasada junto a su hermano y tres amigos a Anantapur. Su objetivo era visitar los proyectos de la FVF que se han financiado con sus iniciativas. La escuela Pedro Eguillor fue uno de los lugares en los que recalaron. Y Manu se presentó con un regalo muy especial bajo el brazo: un total de 50 camisetas del Athletic y del Bizkaia BB. "Hice una petición de camisetas a la Fundación Athletic Club y a la Fundación Bilbao Basket y no pusieron ninguna pega. También nos donaron balones", explica Manu Orozco. Así que, la llegada de este bilbaino con semejante botín se convirtió en toda una fiesta para estos chavales valientes, hijos de campesinos, que a menudo tienen que andar kilómetros para asistir a clase y que muchas veces tienen que compaginar sus estudios con el duro trabajo en el campo. La mitad del material se llevó también a un centro de enseñanza Secundaria cercano, donde enseguida se organizó un partido de fútbol. Los intentos por poner en marcha uno de baloncesto para hacer los honores a las equipaciones del Bizkaia BB fueron en vano: encontrar canastas en la humilde Anantapur es misión imposible. Así que, todos se entregaron al balompié. Un equipo vestía las camisetas rojiblancas y el otro, las del Bizkaia BB.
Manu se muere de risa cuando describe el caótico encuentro. "Daban patadas al balón, descalzos y con un terreno lleno de piedras", narra con un puntito de tristeza. Estilo, cero. Ilusión, toda. No se puede pedir más a estos chavales en cuyo país el cricket es el deporte rey y donde el fútbol es anecdótico. Manu explicó a los niños y niñas lo que son el Athletic y el Bizkaia BB. "No habían oído hablar de estos equipos aunque sí que conocían al Barça y al Real Madrid", afirma. "Lo importante es que se pasaron sonriendo toda la mañana", añade.
Manu ha vuelto de Anantapur saturado de emociones. No puede quitarse de la cabeza la imagen de esos chavales ataviados con enormes camisetas rojiblancas. Ha sido capaz de llevar a la lejana India un pedacito de Bilbao. Pero Manu no va a parar. Su cerebro está otra vez ideando nuevas maneras de recaudar fondos para echar una mano a las gentes humildes de Anantapur. En este viaje, visitó el último proyecto de la FVF cuya financiación ha impulsado. Consiste en formar a 41 mujeres en el manejo de telares eléctricos, de manera que aprenden un oficio con el que sustentar a sus familias. Manu logró el dinero necesario para esta iniciativa vendiendo imanes solidarios entre los clientes de la cafetería en la que trabaja.
Ahora quiere juntar los fondos necesarios para dotar de bicicletas a niñas que tienen que recorrer grandes distancias para ir a la escuela. "La base del desarrollo es la educación", asegura categórico Manu. Así, este camarero solidario tiene previsto poner en marcha otra de sus originales iniciativas hacia finales de mayo o principios de junio para conseguir el dinero desde el Lepanto. Lo que Manu vaya a llevar a cabo para ello es todo un misterio. Lo que sí ha adelantado es que la iniciativa tendrá como nombre Bilbao-Anantapur bidaldia, y como lema Bira zaitez zeu ere.
Algún día las niñas de Anantapur podrán ir a clase en bici. Del mismo modo que ahora, cincuenta chavales de India corretean detrás de un balón luciendo con orgullo las camisetas con las que otros niños sueñan al otro lado del planeta. En el lejano Bilbao.
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