Las elecciones vascas de 2020 fueron las más pobres en cuanto a resultados -seis escaños, cuatro para ellos y dos para su compañero de viaje de entonces, Ciudadanos- para un PP que, cuatro años después, ha conseguido superar la tormenta para arribar a buen puerto. La formación conservadora, que otorgó el timón a Javier De Andrés tras dejar atrás los duros tiempos de Carlos Iturgaiz, logró este domingo siete escaños, uno más que en la anterior legislatura, gracias a los 97.149 votos logrados en unas circunstancias muy complicadas. Su apuesta por abrir puertas parece haber logrado el objetivo. En todo caso, los populares quedan en la misma tierra de nadie en la que han estado los últimos años: siguen sin ser fundamentales para influenciar al nuevo Gobierno vasco.

Poner el contexto el resultado del PP de la CAV resulta indispensable a la hora de valorar su progresiva pérdida de peso en Euskadi. Un dato es clarificador: lejos, muy lejos, quedan los resultados que los populares vascos obtuvieron en 2001, con un total de 19 escaños, y que los situaron como la segunda fuerza política en aquellos tiempos. O cuando, firmando un pacto con el PSE de Patxi López, al que hicieron lehendakari, lograron desalojar al PNV de Ajuria Enea en 2009. Eran otros tiempos, desde luego. El escenario es hoy en día radicalmente distinto -especialmente acelerada tras la desaparición de ETA-, pero, al menos, han conseguido aguantar el tirón, lo que fue ampliamente festejado por los principales dirigentes de la formación reunidos ayer por la noche en un céntrico hotel de Gasteiz.

Por el contrario, los sietes escaños logrados ayer le son del todo insuficientes a Javier de Andrés en sus aspiraciones de convertirse en balanza que incline la política vasca de cara a los próximos cuatro años. Y es que no logran su escenario ideal: el de romper el binomio PNV-PSE, ni crecer deshaciéndose de la sombra de la ultraderecha de Vox, ni ser la llave que determine la dirección del Gobierno vasco. Su secretaria general e Euskadi fue la primera en comparecer al filo de las 21.00 horas. Laura Garrido avanzó que los resultados en Euskadi “van a confirmar las encuestas” que apuntaban al “crecimiento del PP en el País Vasco, y por lo tanto la tenencia al alza que como se venía viendo, estaba siendo así desde las pasadas elecciones municipales y forales, y las generales. El PP crece en votos, en escaños y en posición es en su representación en el Parlamento Vasco”, se felicitó. “Hemos reivindicado en esta campaña que somos la alternativa a lo que había, que los demás representaban el mismo producto con distintas marcas. Y que parte de la ciudadanía ha entendido” que “somos la alternativa centrada, moderada llamada a equilibrar la política”.

“Recuperación”

La valoración más profunda llegó de la mano del presidente de PP vasco, Javier de Andrés. Acompañado de la plana mayor de la formación y con cara de satisfacción, de Andrés arrancó su valoración agradeciendo el trabajo de todos los miembros del PP durante la campaña electoral. Y es que, “teníamos un propósito” previo a encarar las elecciones vasca. “Y no era otro que crecer en votos, crecer en porcentaje en votos y crecer en escaños. Y lo hemos conseguido”, afirmó categóricamente. “Arrancamos la legislatura con un grupo de cuatro parlamentarios -a los que se sumaron dos de Ciudadanos- y en un futuro no muy lejano “el PP constará de siete escaños” en el Parlamento de Gasteiz, afirmó, para poco después sacar pecho por el incremento de voto experimentado por los populares. “Hemos pasado de 60.000 a 96.000 votos”, incidió un de Andrés que no pudo ocultar su felicidad porque “han sido casi 100.000 los vascos que han apoyado al PP”. O lo que es lo mismo, apuntó que “en cuanto al porcentaje” de sufragios, “el PP ha crecido un 36%” con respecto a hace cuatro años.

El dirigente del PP de la CAV no dudo en apostillar que, a la vista de los resultados de la jornada de ayer, “ha comenzado la recuperación y el reposicionamiento del PP en el País vasco”, un terreno -al igual que sucede en Catalunya- considerado muy complicado para hacer crecer las tesis proclives a los populares. Y, más especialmente, de Andrés hizo énfasis en el incremento de los populares en Araba, que a su juicio fue “espectacular” al haber pasado “de 14.000 a 24.000 votos”, según detalló. “Es verdad que a todos nos parece poco, pero es un paso más en el camino”, prosiguió.

“He hablado con Imanol Pradales -candidato a lehendakari del PNV, ayer ganador de la cita electoral- y he podido darle la enhorabuena. Ya sabe que por nuestra parte tendrá la mano tendida”, vaticinó, para poco después lanzarle la advertencia de que ese ofrecimiento en ninguno de los casos desbordará los límites fijados en la Constitución. “Estamos con mano tendida, así es, pero queremos acordar dentro de los limites establecidos”, apostilló de Andrés. Y es que dejó patente que no colaborarán de ninguna de las formas “para protagonizar cualquier intención de ruptura”. Pero, el dirigente popular quiso dejar claro y meridiano que “somos la fuerza constitucionalista que más ha crecido”. Así, no pudo sino felicitarse por haber “empezado la remontada”, concluyó acerca de un crecimiento de las fuerzas del PP que, por el contrario, le deja en tierra de nadie. Y sin poder ejercer de contrafuerza en la política vasca, que era a lo que aspiraba.